The Way I Loved You - Gavi

15- No lo hice

-NARRA LARA-
Llevaba días apagada, del trabajo a casa y de casa al trabajo, dándole vueltas a mi conversación con Sira y al beso con Gavi. Quizás tenía que hablar con él, éramos adultos y no podíamos dejar pasar como si nada lo que habíamos hecho. No lo había vuelto a ver, ni a él ni a ninguno excepto a Sira. Había hablado un poco con Pedri por teléfono, pero nada más. Estaba atrapada en una situación de la que no sabía cómo salir, no sabía qué hacer y tampoco como arreglar todo este desastre.

Un día me levantaba con la idea de dejar a Guille, pero después lo pensaba y retrocedía. Y así me pasaba el día, dándole vueltas a la cabeza y esperando que todo se arreglase por arte de magia.

Guille y yo volvimos a casa después de otro día de trabajo. Pensé que trabajar con él iba a ser genial, y era un horror. Más que nada porque el trabajo eran los únicos momentos donde no pensaba en nada, y tener a Guille allí me lo hacía complicado.

- ¿Qué quieres cenar? -preguntó cuando entramos en casa
- Nada, no te preocupes, me voy ya a dormir
- ¿No vas a comer nada?
- No me apetece, estoy algo revuelta
- ¿Segura?
- Sí, gracias
- Vale, enseguida voy yo

Asentí y me fui a la habitación, poniéndome el pijama y acostándome en la cama. Cerré los ojos y lo primero que vi fue la sonrisa de Gavi. No podía dejar de pensar en él, desde el puto beso mi mente giraba en torno a Gavi. Y no entendía por qué, no entendía cómo después de todo el daño que me hizo podía seguir sintiéndome así.

Guille volvió a la cama después de cenar. Me hice la dormida, sin ganas de hablar con él, y simplemente lo sentí dejar un beso en mi cabeza antes de acostarse a mi lado y dormirse.

Otra vez se me hizo muy difícil dormir, no fue hasta la una de la mañana cuando lo conseguí. Y justo cuando creí que podía descansar, mi teléfono empezó a sonar sobre la mesita. En un primer momento pensé que era la alarma y lo apagué, pero volvió a sonar a los minutos.

Lo cogí medio dormida, mirando el número que había en la pantalla. Era Gavi, lo sabía porque aunque no lo había añadido me había aprendido el número de tanto verlo.

Arrugué las cejas confusa, eran las 4 de la mañana y no habíamos hablado desde el beso, del que habían pasado cinco días. Me levanté para no despertar a Guille y salí al salón para contestar.

- ¿Si? -dije
- Lara, Lara te necesito -lo escuché a través del teléfono
- Gavi son las 3 de la mañana
- Nala está de parto y no sé qué hacer
- Llévala al veterinario
- ¿Está abierto?
- Claro, hay urgencias
- Ven conmigo
- Gavi
- Por favor -suplicó- quiero que estés, Nala solo confía en ti, y yo también

Suspiré tocándome la frente. No podía ir, no si quería olvidarlo. Pero quería ir, quería verlo, quería hablar con él y por supuesto que quería estar en el parto de Nala. Además, era trabajo, Guille no podía enfadarse por eso.

- Vale -accedí- en quince minutos estoy allí
- Estoy en tu portal
- ¿Como?
- Rápido

Colgó la llamada y fui a la habitación. Cogí ropa y zapatos y cerré la puerta para no despertar a Guille. Madre mía, como siempre metiéndome en líos por Gavi. Como siempre, sin poder decirle que no a nada.

Me vestí rápido y bajé corriendo mientras me hacía una coleta. Vi su coche delante del portal y subí en el asiento del copiloto, mirando hacia los asientos traseros donde Nala jadeaba. Me daba miedo mirar a Gavi, no nos habíamos dirigido una sola palabra desde aquella noche.

- ¿Cuánto lleva así? -pregunté
- No lo sé, me desperté porque oía gemidos y estaba en el suelo de mi habitación
- Vale, vamos

Me puse el cinturón y Gavi arrancó hasta el hospital. Fue bastante rápido, demasiado diría yo.