Capítulo 86

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-NARRA LARA-
Los días pasaron, convirtiéndose en semanas. Después del cumple de Pablo, pasé los mejores días del verano junto a él y mis amigos en Sevilla. Hicimos miles de planes, Aurora y Gavi nos llevaron a sitios increíbles de la ciudad y otros días simplemente nos quedábamos todo el día en la piscina.

Comimos muchas veces más con sus familiares, y le cogí tanto cariño a su tía y a sus padres que cuando tuve que volver a Galicia me sentí rara, como si se hubiesen convertido en una parte de mi familia. Por no hablar de Aurora, que hizo que llorase durante dos horas mientras me decía lo mucho que me iba a echar de menos y que la llamase mucho más cuando me fuese a Francia.

Con Gavi todo iba de maravilla, mis celos fueron disminuyendo poco a poco, incluso quedamos algunas veces más con sus amigos y me permití tener buenas conversaciones con Amanda. Me sorprendió lo maja que fue, contándome que estaba muy ilusionada por su trabajo de modelaje en Barcelona. Seguía dándome algo de miedo que viviese allí, pero lo llevaba mejor, haciéndome a la idea. Pablo me había repetido cien veces que no tenía nada de que preocuparme, que yo era el amor de su vida.

Finalmente, el 20 de agosto los chicos volaron a Barcelona para la pretemporada junto con Alba, Sira se fue a Ibiza con unas amigas para disfrutar los últimos momentos de verano y yo volví a Galicia para ver a mi familia antes de irme a Francia.

Me costó horrores despedirme de Gavi, aunque después nos íbamos a ver en Barcelona, era como una predespedida de lo que vendría en dos semanas. El 5 de Septiembre me iría a Francia, tenía todo listo.

En Galicia, la abuela se hartó a contarme cómo había sido su luna de miel y yo como me lo había pasado en Sevilla. No llegamos a contarle que la había liado en su boda, no queríamos que se sintiese mal y ya estaba todo solucionado. Martín por su parte, me llevó de un lado a otro y apenas me dejó respirar, como si no fuese a volver en años.

Cuando tuve que volver a Barcelona, el 30 de agosto, a la abuela casi le da una deshidratación de todo lo que lloró, una mezcla de orgullo y tristeza. Íbamos a estar separadas el mismo tiempo que si me quedase en Barcelona, pero era diferente, no solo porque iba a estar mucho más lejos sino porque estaría sola, y le daba miedo que me pasase algo. Me costó mucho más despedirme de ellos que en situaciones normales, pero sabía que los vería en Navidad, pasaría rápido, como siempre que nos separábamos.

Volver a Barcelona fue como volver a casa, a Gavi. Nos recogió en el aeropuerto, y aunque sólo pudimos darnos unos cortos besos porque teníamos a papá y a Lucas delante, me fui a dormir a su casa desde el primer día y no me separé de él. Siendo sinceros, nos habíamos convertido en unos adolescentes hormonales porque sabíamos que en cuanto me fuese estaríamos a dos velas hasta que volviese.

Estábamos tan bien, tan felices, que la idea de que en tres días me iba me oprimía el pecho. Parecíamos dos lapas pegadas, menos cuando él iba a entrenar o yo tenía que pasar tiempo con papá y Lucas. Pero no todo era estar los dos solos, también quedábamos mucho con los chicos, aprovechando los últimos momentos que teníamos todos juntos.

Ahora estaba con Sira, después de ir a comer con ella. Me estaba llevando de vuelta a casa de Gavi, enfadada porque mi novio le había prohibido pasar todo el día conmigo.

- Lo odio -dijo- lo odio, si no estuvieses con él, podría estar contigo
- Sira -reí- no puedo dividirme más, medio día con cada uno
- ¡Soy tu mejor amiga! Me merezco más
- Y te quiero -reí- pero voy a estar tres meses a dos velas, tienes que comprenderlo
- Si ya, seguro que se coge un avión en dos semanas solo para ir a follarte

Solté una carcajada y Sira rió cambiando las marchas.

- Además -dije- vamos a pasar todos el día juntos antes de irme
- O sea, en dos días
- Si
- Que mierda
- Lo sé

The Way I Loved You - GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora