The Way I Loved You - Gavi

Capitulo 3

Colgué el teléfono por cuarta vez, llevándome unas miradas de parte de Pedri. Seguro que ya sospechaba algo.

- Voy a salir a tomar el aire -le dije a Sira
- ¿Te acompaño?
- No tranquila, enseguida vuelvo

Salí de la casa bajo la atenta mirada de todos y me dirigí hasta el jardín. Me gustaba mucho pasear por él y ver lo bonito que lo tenían.

Me senté en un banco de piedra y cerré los ojos, sintiendo el aire frío llenarme los pulmones.
Unos minutos después, Pedri se sentó a mi lado y su brazo me atrajo por los hombros abrazándome. Apoyé la cabeza en el hueco entre su cuello y su hombro y cerré los ojos dejando que me diese calor con su piel.

- ¿Era él verdad? -preguntó

Asentí y escuché como suspiraba. Me acarició la cabeza con los dedos, trazando círculos en un masaje que estaba a punto de dormirme.

Levanté la cabeza y lo miré arrugando las cejas.

- Para o me duermo -dije

Pedri negó con la cabeza sonriendo y dejó un beso en mi frente. Me dio la mano y me llevó adentro de nuevo, donde los demás nos esperaban en el sofá, ya con la play apagada.

- ¿Estás bien Lara? -preguntó Ansu
- Si tranquilo, pero creo que me voy a ir yendo a casa
- ¿Quieres que te acerque? -preguntó Pedri- Sira y Ferran supongo que se irán ya a casa
- No tenemos problema en llevarla nosotros eh -dijo Ferran
- Yo la llevo

Todos nos quedamos en silencio cuando escuchamos de dónde venía esa voz. Gavi se había levantado, y sin ni siquiera dejar que nadie le respondiese cogió su chaqueta y se dirigió hacia la puerta.

- Pedri no por favor -susurré
- Venga -me empujó- así hacéis migas

Lo maldije de mil maneras mientras los cuatro de la sala se reían a mis espaldas a la vez que Pedri me empujaba para llegar hasta donde estaba Gavi. Me despedí con la mano de Sira, Ansu y Ferran.

Antes de salir por la puerta con Gavi abracé a Pedri y le susurré al oído que lo odiaba y que lo iba a matar de la peor forma que se me ocurriese. Él solo sonrió y dejó un beso en mi mejilla.

Salí de casa con Gavi y nos subimos en su coche. Me abroché sin decir nada y miré por mi ventanilla.

El camino fue tranquilo, ninguno dijo nada y suspiré de alivio en cuanto llegamos al portal de mi casa. Iba a bajarme, pero los cerrojos del coche bajaron y mi puerta quedó bloqueada, haciendo imposible que la abriese.

- Ábreme -dije

Lo miré extrañada y se desabrochó el cinturón. Su cuerpo se fue acercando al mío hasta quedar encima, con mi cabeza casi empotrada contra el cristal de mi ventana.

Metió su mano por uno de sus bolsillos del pantalón y la puso delante de mi cara, mostrándome la pulsera que se me había caído antes. Casi se me olvidaba.

- Toma -dijo

Intenté cogerla, pero la apartó tal y como hizo con la espátula antes.

- ¿Que se dice? -sonrió

Idiota, eso se dice.

- Gracias
- Muy bien

La dejó encima de la palma de mi mano y mis mejillas se encendieron de ira. Su cuerpo se alejó del mío y abrí corriendo la puerta  en cuanto escuché de nuevo el cerrojo del coche.

Bajé, pero antes de cerrar la puerta decidí decirle algo más.

- Buenas noches, a ver si te atragantas con tu saliva mientras duermes