Capitulo 32

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Me froté los ojos sintiendo un peso sobre mi espalda. Levanté un poco la cabeza y la giré para ver que es lo que tenía encima. Sonreí al ver el cuerpo de Gavi abrazado al mío, con su cabeza apoyada en la parte baja de mi espalda.

Me moví despacio, intentando no despertarlo, pero de repente sus manos me giraron y quedé bajo su cuerpo.

- ¿A dónde vas?

Tenía la voz ronca y me mordí el labio sonriendo.

- A ducharme
- De eso nada

Besó mis labios y lo agarré de la nuca para que no se separase. Me abrió las piernas y se metió en medio, apoyando las manos a ambos lados de mi cabeza.

- ¿No te llegó con lo de ayer? -reí
- Nunca tengo suficiente contigo

Me mojé los labios y su boca se acercó a mi cuello. Cerré los ojos y apoyé las manos en sus brazos.

- Pablo tengo que ir a casa -susurré
- Déjame darte tu último regalo

Levantó la cabeza mirándome, para después bajarla a mi abdomen. Su lengua me recorrió de arriba a abajo y apoyé una mano contra el cabecero.

Sus besos bajaron hasta mi entrepierna y con la otra mano apreté las sábanas en cuanto empezó a besarme el interior los muslos.

Un gemido salió de mi garganta cuando su lengua tocó mi intimidad. Arqueé la espalda por el placer y mi cuerpo tembló por sus movimientos.

-NARRA GAVI-
Levanté la cabeza entre sus piernas y la miré. Saber que yo la estaba haciendo sentir así, escucharla gemir mi nombre, era lo mejor que había experimentado en toda mi vida.

Me miró desde su posición, y me levanté colocándome entre sus piernas.

- Por favor -susurró

Le besé el cuello y subí por su mandíbula.

- ¿Qué quieres?
- A ti
- Dímelo

La miré a los ojos y estuve a punto de morirme solo con escucharla.

- Te quiero a ti Pablo

La agarré de las caderas, levantándola y entrando con fuerza en ella. Sus uñas se clavaron en mis brazos y me moví despacio, haciéndola desesperar. Yo estaba igual de desesperado o más, pero ver como me rogaba por hacerle el amor me excitaba a niveles que ni yo sabía que podía alcanzar.

Perdí la cuenta de todas las veces que entré y salí de su cuerpo. Fue cuando gritó mi nombre y sus piernas se apretaron contra mi que me dejé llevar. Me quedé unos segundos aún en su interior, besándole los labios.

Me aparté a su lado y los dos nos quedamos mirando hacia el techo, con nuestros pechos subiendo y bajando sin parar.

- ¿Ahora que? -preguntó
- ¿Qué?

Se encogió de hombros y giré la cabeza mirándola. Tenía los ojos brillantes y las mejillas rojas, estaba preciosa.

- No sé -dijo

Reí bajo y me giré besándola.

- Deja de pensar tanto, y vamos a tu casa que es tu cumpleaños y seguro que tu abuela se está volviendo loca porque no estás allí

Sonrió sobre mis labios y se levantó con la sábana tapando su cuerpo.

- Ya lo he visto todo -reí

Me sacó la lengua y se fue al baño. Me acosté de nuevo, sonriendo. No me creía que lo hubiésemos hecho, que por fin se hubiese dejado llevar. Aún quedaba mucho aún por arreglar, pero ahora tenía que disfrutar esto. Había ansiado tenerla conmigo desde hace mucho.

The Way I Loved You - GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora