Capitulo 22

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Todos salimos a buscarla. Cada vez hacía más frío ya que empezaba a anochecer, pero tenía tanto miedo de que le hubiese pasado algo que solo eso era suficiente para que no sintiese nada.

- Vamos a separarnos o no acabaremos nunca -dijo Sira- Gavi y yo vamos por un lado, Ferran y Ansu id por otro y Pedri y Fer por otro
- Si alguien la encuentra que avise de inmediato -dijo Pedri

Todos asentimos y seguí con Sira caminando sobre la nieve para encontrar a Lara. Notaba la mirada de mi amiga sobre mi, sabía que por su cabeza osaban miles de preguntas, así que le hablé.

- Suéltalo -dije sin parar de caminar
- ¿Que sientes por ella?
- No es cosa tuya Sira
- Pues resulta que no, pero es mi amiga y vosotros también, no quiero que os hagáis daño los unos a los otros
- Demasiado tarde para eso ¿no crees?
- Si de verdad la quieres...
- Mira Sira -la corté

Me paré, girándome y mirándola a la cara.

- Si la quiero o no es mi problema, además, ¿que importa? Pedri va a pedirle salir
- ¿Que? No puedes dejar que haga eso
- No puedo meterme, es cosa suya
- Ya, en eso no puedes meterte, pero en el jacuzzi si ¿no?

Sira me miró seria y siguió caminando delante de mi.

- Sois los dos igual de orgullosos. Si aceptaseis de una vez por todas lo que pasa entre los dos, se acabaría este rollo. Si, Pedri sufriría, pero se le acabaría pasando. Dudo que sea igual si seguís tratándolo de tonto -dijo

No le contesté. Sira suspiró después de unos minutos, angustiada porque no encontrábamos a Lara. Gritó su nombre cientos de veces, pero parecía que se la había tragado la tierra.

Nos quedamos de pie cuando llegamos a un lago.

- Aquí estuve con ella -dijo Sira

La ignoré. Una sensación extraña me recorrió el cuerpo y mi instinto me hizo seguir un camino. Sira venía detrás hablándome, pero no le hice caso. Seguí lo que mi cuerpo sentía, cada vez más fuerte, hasta que divisé el cuerpo de Lara sobre la nieve bajo una cuesta. El corazón se me paró por unos segundos al pensar que podía estar herida.

- Está ahí! -gritó Sira

Bajé con cuidado, agarrándome de los árboles para no resbalar, y cuando la tuve a mi lado la cogí en brazos. Estaba congelada y tenía la cara pálida. Abrió los ojos despacio cuando sintió mi cuerpo y le besé la frente.

- Tranquila -susurré- ya te tengo

Subí con ella en brazos despacio. Fuimos corriendo hasta la casa mientras Sira llamaba a los demás y la dejé en el sofá, cerca de la chimenea mientras le quitaba el abrigo ya mojado de haber estado en contacto tanto tiempo con la nieve. Apoyé su cabeza sobre mis piernas y le puse el trapo caliente que me había traído Sira sobre la frente. Le acaricié el pelo y la calenté con mis manos, tocándole las mejillas frías.

- Hazle un colacao para cuando se despierte -le dije a Sira
- ¿No deberíamos llamar a un médico? -preguntó
- Si, llama a emergencias y cuéntales lo que le ha pasado, que vengan rápido

Esta asintió y se fue a la cocina. Miré a Lara, que tenía los ojos cerrados y empezaba a recuperar el color de sus mejillas por el calor. Era tan preciosa. Le acaricié los labios, que ya estaban calientes, y en ese momento la puerta se abrió.

- Lara! -gritó Pedri

Se acercó corriendo al sofá y se agachó acariciando su mejilla.

- Déjame a mi -dijo

No quería apartarme, no quería dejarla sola, pero no podía hacer otra cosa. Me levanté con cuidado y dejé que Pedri ocupase mi sitio. Los miré unos segundos, la cara de preocupación de Pedri, y supe que no podía quitarle eso. Pedri la quería y era el único capaz de hacerla feliz, no un desastre como yo, él se la merecía. Él podía asegurarle una estabilidad que yo no podía.

The Way I Loved You - GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora