— Deberías descansar un momento. — Aconsejó Eleonor visiblemente preocupada.
Pero mi hermana no entendía que detenerme tan solo le daría ventaja a Abraham.
Durante meses me dediqué solamente a formar amistad con las esposas, hermanas y madres de los hombres más poderosos de New Hope, invisible ante sus familias para temas más importantes que una tarde de té. Pero aquella noche pretendía ganarme un lugar en el pensamiento de todos y por primera vez en mi vida el temblor en mis piernas o el malestar de mi estómago, ni siquiera me afectaba. Llevaba horas bailando con cada caballero que me invitó, entablando conversaciones de todo cuanto conocía o deseaba saber, me abrí a las personas de forma que no olvidasen mi nombre. No era solo la esposa de Abraham Stephen, era una Lane. Por supuesto, dejar solo a Abraham no fue nada sencillo; sentía su mirada seguirme a través de la estancia, como si quisiera lanzarme una flecha directo a la cabeza cada vez que abría la boca. Pero a pesar de sus continuos intentos por retenerme, la presencia de mis hermanos me facilitaba las cosas, pues ellos no dudaban en llamarme de un lado a otro alejándome de ese horrible hombre.
Me estaban cuidando y lo agradecía enormemente.
Su madre, la señora Stephen, tampoco parecía contenta; pero al mismo tiempo se comportaba con tranquilidad, simplemente hablando con algunas personas en una de las mesas cercanas a la pista de baile. A decir verdad, en algún punto su presencia se volvió totalmente invisible para mí y realmente comenzaba a pensar que preocuparme por ella tan solo era un desgasto de mi vitalidad, no era más que una mujer después de todo, así como Abraham y Andrew no eran más que hombres. Los monstruos imposibles de vencer estaban en los cuentos, no en la realidad y por muy despiadados que fuesen los Stephen, tenía fe de que en algún momento la vida misma girase las tornas.
— No estoy cansada. — Me negué, me llenaba de felicidad el ver a mis hermanos compartir como en los viejos tiempos.
Jane, Jacob y Harry parecían mantener en una animada conversación en la les había visto bailar entre ellos, jugar a las vencidas e incluso reírse a carcajadas, cosa que meses atrás creí imposible... Sin duda sus lazos jamás podrían romperse y eso me alegraba. Claramente, el hecho de los sentimientos que existían en los corazones de aquellos tres, me preocupaba, Jacob aún tenía esa mirada y Jane parecía haberse hecho a un lado, mientras que Harry parecían comportarse con normalidad... Decir simplemente que eran hermanos y se las arreglarían, ya no era tan sencillo; pero quería creer que sí podrían solucionarlo, me negaba a creer que el amor pudiese hacerles daño.
Al menos mientras durase su reencuentro, me alegraba saber que seguían siendo buenos amigos.
Por su parte, Lineth se había vuelto más expresiva y verla bailar con Charly me hizo pensar que estaba tomando la decisión correcta al permitirle conocer el mundo. Bell era un caso perdido, la niña hacía piruetas demostrando lo aprendido en sus clases e irónicamente los presentes le aplaudían la gracia, animando aún más la festividad. Los más pequeños descansaban en brazos de Eleonor, quien no dudó en adueñarse de los mellizos y Rose, llenando sus cachetes de labial rojo.
Tan solo me faltaban dos... Elizabeth y Lila. Mis hermanas debían permanecer ocultas hasta que fuese seguro que Abraham no volvería a molestar, quizás era cruel apartarlas de ese modo, sobre todo a Elizabeth; pero al menos tenía la certeza de que tendrían una hermosa navidad al lado de Edward. El muchacho se había convertido en un miembro más de nuestra familia, independientemente de su matrimonio con Elizabeth, su comportamiento era de admirar. Escribía sin falta cada semana y de algún modo terminó consiguiendo una cámara, las fotografías de mis hermanas se habían convertido en mi pequeño tesoro desde entonces.
— A este paso sudaras y mancharas ese bonito vestido. — Volvió a advertir Eleonor, mientras jugaba felizmente con los rizos de Rose. — No te recordaba tan activa.
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Jeune fille indomptable
Любовные романыPudo pasarle a cualquiera, pero no. Esa gran tragedia le cambio la vida para siempre a ella... Ahora Naomi deberá ocuparse de toda su familia, deberá protegerlos de la maldad de otros. Tal vez se pierda a si misma. O Tal vez encuentre una luz en m...