Capitulo. 69

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Jamás pensé que la víspera de navidad se tornase tan tétrica y sin luz... Ciertamente, la navidad nunca representó para mi familia una época de regalos y grandes banquetes o fiestas, pues el dinero no nos sobraba precisamente; pero mi madre siempre encontraba alguna forma de hacer de las festividades un evento mágico capaz de alegrar nuestros corazones. Quizás nunca recibimos grandes y costosos regalos envueltos en cajas coloridas, o degustamos un gran pavo cada Nochebuena, pero sin duda jamás hubo silencio en casa, ni rostros largos o sensaciones sombrías. Por el contrario, la mansión Stephen sin duda no era lo mismo desde el fallecimiento del viejo señor... Las decoraciones, por supuesto, eran magníficas, el banquete incomparable y la pila de enormes cajas de regalos apiladas bajo un enorme pino decorado, atraían la atención de todos los invitados. Pero la soledad era un invitado indeseado que parecía resguardarse en las sombras de todos. Una Nochebuena donde Aiden apenas y sonrió, donde no estaban mis hermanos y tan solo nos limitamos a sonreír como la familia perfecta para los invitados; sin duda no podía ser considerada Nochebuena... Quizás por ello les tenía fe a las festividades de año nuevo.

Pero la historia parecía repetirse nuevamente, aquella mañana Clara me despertó con las últimas noticias de lo sucedido en la mansión la noche anterior, pero por supuesto, no había ningún cambio... Jamás pensé que el ambiente en la mansión pudiese tornarse aún más apático, pero la llegada de Andrew y Dalia sin duda me hicieron cambiar de opinión, incluso los empleados cuchicheaban entre sí sobre el temor que les ocasionaba servir a los tres hermanos.

La reciente pelea de Aiden y Andrew tan solo fue el inicio de la tormenta, pues a ello le siguió las continuas quejas de Abraham y palabras mordaces de Andrew, en algunos casos incluso pensé que llegarían a los golpes. Pero no, Andrew tenía una forma extraña de molestar a Abraham en cada mínima cosa que hiciese o dijese y al mismo tiempo salirse con la suya sin armar gran alboroto; algo realmente sorprendente, considerando que el rostro de Abraham últimamente enrojecía más de lo habitual... Parecía morderse la lengua cuando claramente en el pasado nunca lo hubiese hecho. Era fácil entender que algo existía entre esos dos que beneficiaba a Andrew y le protegía de cualquier represalia. Sin embargo, aquello no nos facilitaba la vida al resto de los presentes que debíamos aguantar su mal humor. Aun así... Tenía cierta esperanza de que las festividades de año nuevo resultasen un poco diferentes.

—Entonces, ¿Qué usará? — Preguntó Clara exponiendo ante mí los diversos vestidos que ahora tenía. Asimilar que comprar ropa, perfumes y joyería no era un malgasto del dinero, era algo que realmente aún me costaba.

No había nieve este año y los carruajes llenaban el jardín de la mansión. Sin embargo, yo tan solo esperaba a ciertas personitas que sin duda me darían la fuerza para continuar medio año más.

— Opino que el vestido blanco y el collar azul sería la mejor combinación. — Siguió Clara atrayendo mi atención, sobre la cama descansaba aquel vestido que me traía tantos recuerdos... Un escalofrío recorrió mi cuerpo de tan solo pensar en ello.

— Optemos por algo... Un poco diferente, no quiero comentarios ácidos de Abraham esta noche. Además es demasiado despampanante para mí. — Sentencie alejando mis ojos de la tela blanca, lo mejor era olvidar.

Clara asintió sin más y se dedicó a guardar el resto de atuendos mientras yo me paseaba por la habitación, seguía sin acostumbrarme a tener tanta ayuda. Mis hermanos jugaban tranquilos sobre la alfombra, cada uno lucía perfectos trajecitos a la medida, no podía creerme lo mucho que habían crecido en tan poco tiempo y llena de nostalgia decidí unirme a ellos mientras las muchachas preparaban el baño.

Comenzaríamos un nuevo año sin nuestra madre, donde cada uno estaba persiguiendo sus propias metas... Irónicamente, no me había detenido a pensar que sería de mí cuando todo aquello terminase. Me convertiría en una mujer divorciada, tal vez al igual que Elizabeth, ambas volveríamos a casa y nos dedicaríamos a cuidar de Lila, Rose y los mellizos. Quizás el resto de mis hermanos podría volver en navidades u épocas especiales, Harry y yo seguramente volveríamos a trabajar de la mano por nuestros negocios... Pero por alguna razón, aquello no terminaba de entusiasmarme. Mi corazón parecía aferrado a la nostalgia del pasado, quería regresar a los viejos tiempos, aunque supiera bien que aquello no era posible... Y al mismo tiempo luchaba contra mi mente por soñar con un futuro imposible. La imaginación podía convertirse en un verdadero problema en algunos casos.

Jeune fille indomptableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora