Jeune fille indomptable

Capitulo. 86

— ¿Qué es todo esto?

Lograr reunirme con Abraham después de todo lo que había sucedido, sin duda era una de las hazañas más notables del año. Mi hermano se había encerado en el despacho del abuelo desde hacía horas, la noticia de que uno de sus empleados de confianza era el responsable de la confusión que llevó la Belladona a la mansión, había levantado gran cantidad de cuchicheos entre los sirvientes que pronto se expandirían al pueblo entero... Mi madre lo había preparado perfectamente y el que las hermanas de Naomi supiesen qué hacer en tan crítico momento, no solo le había salvado la vida a la morena, sino también a Abraham. Estaba seguro de que de haber muerto, ya hubiesen policías en la entrada buscando a un confuso Abraham.

— Son todas las pruebas que reuní en mi viaje a Londres, antes de que nuestra madre me encontrase y encerrase en casa por meses. — Por su expresión supe que al menos de tal suceso si fue consciente; sin embargo, debí tragarme mi desprecio, pues el abrir los ojos de Abraham era prioridad en ese momento. — Ella me drogó incontables veces, así como lo hizo contigo el día de la visita al ferrocarril... Y así como se lo hizo a nuestro padre por tantos años hasta que su cuerpo no lo resistió más.

Abraham finalmente levantó la vista del sobre que arrojé sobre el escritorio, mi hermano parecía dispuesto a vaciar la reserva completa de vinos del abuelo, actitud que claramente era un gesto desesperado; él también sabía lo que podía significar la muerte de Naomi y eso le estaba enloqueciendo, que todos creyesen que había intentado asesinar a su esposa pronto hundiría su reputación hasta el suelo. Y aquello tan solo le dejaba el camino mucho más despejado a nuestra madre... Con rumores pululando, la muerte repentina de Naomi tendría un solo culpable claro.

— ¿Te has vuelto loco? — Escupió arrojando el sobre lejos de su vista. — Por si no te has dado cuenta, tengo un verdadero problema en este momento como para tus estupideces. Por qué mejor no te vas con tu esposa ¡O incluso mejor! Desaparecer de este pueblo de una vez por todas.

— ¡¿Quieres escucharme por una vez en tu vida?! Estoy intentando ayudarte, Abraham. — Que ser más insufrible, pero me gustase o no, al menos debía intentarlo... Después de todo por bruto que fuese, no quería que terminase pagando los crímenes de nuestra madre. — Tan solo mira los documentos, Abraham. Realmente intento advertirte de...

Pero como era de esperar, ni siquiera me prestó atención y horriblemente molesto se levantó del escritorio dejándome con la palabra en la boca. Convencerlo de que siquiera estuviese alerta con los movimientos de nuestra madre sería una tarea imposible, era su favorito después de todo.

— Lárgate Andrew, antes de que decida que tu cara me molesta lo suficiente como para golpearte.

— ¿Cómo a Naomi? — Solté sin pensar. Mi comentario no tardó en captar su atención y como una bestia furiosa me observó con claras intenciones de arremeter contra mí.

— Qué dulce al preocuparte por mi esposa, la próxima vez que la posea te avisaré para que vengas a nuestra habitación a supervisarlo. — Escupió, estaba ebrio y tan solo quería ser cruel... O al menos debía convencerme de ello si quería conservar mi cordura. — Tal vez deberías preocuparte del mismo modo de la frágil Dalia. Escuché que su padre es bastante estricto.

— Encontré al doctor que atendió a nuestro padre, alguien le pago una gran suma para que se callase, pero aun así me insinuó que la muerte de nuestro padre pudo haberse dado por un envenenamiento prolongado... — Estaba haciendo uso de toda mi fuerza de voluntad para mantenerme sereno.

— No me interesa, Andrew.

— Al igual que ahora, la servidumbre en la que nuestra madre no confiaba fue echada luego de la muerte de papá y en menos de una semana ella ya había cobrado todos los cheques de papá, su seguro de vida, arreglos de la compañía, e incluso consiguió dinero de la sociedad misma por enviudar. — Ignoré sus palabras, debía saberlo. — Ella le asesino y está intentando hacer lo mismo ahora...