Jeune fille indomptable

Capitulo. 99

La macabra sonrisa que se formó en el rostro de aquella horrible mujer, me causó escalofríos... Un silencio sepulcral sumió el salón dónde solo el llanto de mi pequeño caballero me recordaba que aquello era real. Horrorizada no pude evitar mirar a Abraham, mi cuerpo se había paralizado por completo ante sus palabras y tan solo pude rogar porque estuviese mintiendo... Sabía perfectamente que aquel ser que por tanto tiempo hizo de mi vida un infierno, simplemente no cambiaría de bando y opinión acerca de todo lo que estaba sucediendo... Pero aun así sus palabras volvieron a mi mente en cuento le vi detener tan terrible acto en contra de Aiden.

"— Qué te hace pensar que yo estoy en una mejor posición que tu..."

¿Y si Abraham estaba tan atrapado como nosotros? Andrew me había dicho que tan solo era una marioneta en el juego de su madre, pero aun cuando eso fuese cierto. Había convivido con ese hombre por meses, día y noche; lo suficiente como para saber que era sumamente astuto y altanero... No aceptaría que le culpasen de todo aquello sin razón.

Una parte de mi realmente esperaba que nos ayudase, aunque fuese discretamente... Y a pesar de que sus palabras hicieron estragos en mí, entendí que no había otra opción más que confesar dónde estaban mis hermanas. Había estado dispuesta a soportar cualquier cosa si con ello las mantenía a salvo, pero jamás podría elegir si la vida de Aiden o Andrew se encontraba en riesgo.

— ¿Cómo? — Preguntó esa mujer, rompiendo con el silencio y enfrentando a un aturdido Abraham.

Extrañamente, el hombre guardó silencio por un momento demasiado largo para alguien que se suponía estaba del lado de esa bruja. Y no fui la única en notarlo, pues ella, cansada de esperar, le arrebató el puñal a su secuas y le apuntó al pecho. Abraham ni siquiera emitió un solo sonido cuando ella clavo la afilada punta del arma en su piel y un pequeño hilo de sangre manchó su camisa.

Aterrada de lo que pudiese suceder, oculte el rostro de Aiden en mi pecho; ella era capaz de asesinarle si tan solo se trataba de un truco. Andrew se encontraba frente a mí, su rostro lucía rojo debido a la presión que ejercía la silla sobre él, pero aun así mantenía la vista fija en su hermano.

— ¿Cómo, Abraham? — Repitió con ese tono que ahora sabía, usaba para manipularle.

— Cartas... Ella jamás se alejaría por completo de sus hermanos. Su sirvienta debe resguardar las cartas de esta semana. Seguramente haya alguna para quien esté cuidando a la niña. — Explicó, arrebatándome la respiración.

Él lo sabía... Sabía perfectamente que Elizabeth y Edward tenían a Lila, y aun así había decidido callárselo. No sabía que pensar, tenía razón y seria solo cuestión de tiempo que encontrasen la dirección en las cartas que Clara resguardaba para mí.

Tiempo...

¡Eso era!

Debí retener toda expresión que pudiese delatarme, pues finalmente comprendí lo que Abraham estaba intentando hacer.

Con una sonrisa felina, la mujer apartó el peligroso cuchillo de Abraham y dándose la vuelta hizo una seña haciendo que sus lacayos se alejasen de nosotros, por suerte.

— Revisen todo. Maten a quien se cruce en su camino. — Ordenó con una frialdad que me erizó la piel... ¿Cómo pude considerar a esa mujer parte de mi familia por tanto tiempo? Quizás llevaba su sangre, pero sin duda jamás podría volver a pensar en ella como más que una persona horrible y despiadada. — Y... Abraham, si no existe tal carta... No tendré piedad.

— ¿Qué hacemos con ellos?

— Enciérrenlos arriba. — Ordenó la mujer ignorándonos por completo. — Si te equivocas, tú mismo obtendrás esa información. — Amenazó a un silencioso Abraham.