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Los días por las noches eran los favoritos de Charles y Olivia, era cuando ellos apeovechavan de estar juntos y cuando el piloto no estaba en carreras.
La monegasca se sentó en la cama recargadose del cabezal esperando a que el piloto saliera de la ducha.

Estaba entretenida en su celular cuando escuchó que abrían la puerta del baño, dejó su celular y él se llevó toda la atención de ella.

—¿Estuvo rica tu ducha campeón?

—Si cariño — se tiró a la cama en bata de baño alado de ella —Pero es aún más rica cuando te duchas conmigo, pero te perdono.

Ella se rió y acarició el cabello del castaño.

—¿Cómo estuvo tu día hoy?, cuéntame.

Olivia amaba que Charles todos los días le preguntara por su día así estuviera muriendo de sueño, no se perdía de nada.

—Mi día estuvo de locos, creo que mi padre me odia.

—Estás loca amor, ¿por qué tú padre te odiaría? — se rió.

—Todo el día estuve en la oficina, hubieron dos reuniones como de tres horas cada una, para que no firmaran el contrato, no quisieron vendernos la propiedad y tengo que buscar otra pero realmente no tengo ganas de trabajar, solo quiero descansar.

Charles la escuchaba mientras jugaba con los brazaletes de ella.

—¡Ya se! — exclamó —Iremos de vacaciones, tengo la semana libre y tu puedes pedir estos días cariño, solo dime a donde quieres ir y yo te llevaré.

La chica asintió emocionada, deseaba vacaciones y que mejor que serían con Charles.

—¿A donde quieres ir?, ¿Australia?

—Australia no — negó y el piloto acostó su cabeza en la panza de ella —Aún recuerdo esa vez que casi me pica esa víbora y había mucho calor, recuerdo que tu no me ayudabas solo te reías de mi.

—Estaba asustado cariño — se defendió —Pero sabía que no te pasaría nada, las víboras me dan un poco de miedo por eso tu tía me aterra.

Liv lo miró confundida y entendió cuando Leclerc se carcajeó.

—Idiota — le jaló el cabello —Respeta a mi tía.

—Ya, es broma mujer. Aunque tu tía es algo especial ya sabes — movió su cabeza de izquierda a derecha —Algo críticona y bien cizañosa creo que ya no le agrado.

—Lo sé ella es algo especial pero no le agradas por que has sido un idiota con ella — lo regañó —Le dijiste que se veía vieja y le negaste conocer a Lewis y a Sebastian.

—En mi defensa ella me dijo que era un pésimo piloto yo solo me defendí, aunque yo le dije la verdad y ella no.

La pareja se rió, él piloto tenía una buena relación con la familia de su novia y aunque con la tía tuviera sus desacuerdos se tenían aprecio.

Charles cuando iba a casa de la castaña parecía una de las vecinas de su suegra, se sentaba con su suegra y con las tías de su chica a platicar y criticar todo lo que pudieran mientras tomaban café o té.

—Dejemos a tu tía en paz — la miró —¿A donde quieres ir?

—¿Miami?, ¿Los Ángeles? — sugirió ella —Te traeré el iPad para checarlo y de paso haré palomitas.

Se levantó de la cama y la agarró de la mano.

—¿Puedes darme de tus chocolates? — le rogó —Por favor, te prometo que serán los últimos ya no me los comeré.

One shots | Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora