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Charles nuevamente se sintió algo desilusionado, las carreras habían terminado y la mayoría de los pilotos de formula 1 estaban en uno de los restaurantes más lujoso y elegante de Mónaco, observaba a sus amigos con sus novias y el lugar que Olivia iba a ocupar estaba vacío, ella no había podido ir y el se sentía tan pequeño en esa cena que pronto iba a iniciar.

Olivia era muy adicta al trabajo, siempre estaba ocupada y estaba dejando de lado al piloto, el cuando llegaba a su casa siempre llevaba la cena pero se encontraba con una Olivia vuelta un caos con cientos de papeles en la mesa o en cualquier lado, cuando el llegaba la monegasca solo le daba un beso y seguía con lo suyo.

Pero ella tenía muchas responsabilidades, su padre literal había dejado todo lo de la empresa a ella y tenía que hacerse cargo de muchas cosas aunque tuviera muchas personas trabajando para ella.
El piloto una vez más envió un mensaje a su novia pero no había noticias de ella, era evidente que el celular se le había descargado a ella, siempre lo cargaba sin batería.

—Charles — lo habló Pierre —¿Estás bien?

Max y Carlos se acercaron a él.

—Si, estoy bien.

—No, no lo estás — se sentó el piloto de Red Bull alado de él —Vamos, cuentanos.

Leclerc suspiró y optó por contarles, de alguna u otra forma necesitaba desahogarse y quizás sus amigos le podían dar algún consejo, en sus opciones no estaba terminar la relación el era consciente de que Olivia lo amaba y de lo que ellos tenían, el quería arreglar las cosas.

—Olivia — inició —Una vez más estoy solo en un evento — los miró —Ella y su maldita adicción al trabajo, siempre está ocupada y ya no tiene tiempo para nuestra relación, para mi.

Sus amigos lo miraron apenados.

—Charles, Olivia te ama.

—Eso lo sé Pierre, confio y lo siento en que aún me ama pero aveces me da miedo — confesó —¿Y si ya dejó de amarme y solo no quiero verlo?

Carlos negó rápidamente con su cabeza, jaló una silla y se sentó frente a su amigo.

—No digas ni pienses eso hermano, Olivia te adora Charles pero también tienes que entenderla, prácticamente maneja una empresa sola sus hermanos no la ayudan en nada y ella tiene que seguir para que tenga con que vivir.

—Sus hermanos son unos idiotas — dijo Leclerc con molestia —Liv no es una jodida máquina, ellos solo quieren estirar la mano y que caiga el dinero. Le he dicho cientos de veces que deje esa empresa, que ellos busquen la manera para que vivan y que yo puedo darle todo lo que quiera y necesite, no me importaría gastar en ella, jamás le negaría nada.

—Pero todos sabemos que ella jamás haría eso, no dejaría que tu la mantengas — habló Max —Debes de hablar con ella y expresarle lo que sientes, se que podrá comprenderte y solucionaran las cosas.

Charles asintió y se recargó de la silla.

—En dos días es nuestro aniversario, le dije que viajaramos a España y no puede. Yo dejo muchas cosas por ella, ¿por qué mierda no deja a alguien encargado y se va de vacaciones?, ella es la jefa.

—Pero no se maneja así, habla con ella y ya no estés triste pilotito — se burló Pierre.

—Solo Olivia puede decirme asi — le recordó de malas ganas Charles.

Los tres pilotos se rieron y al fin en todo el día el piloto de Ferrari medió sonrió. Había estado amargado todo el día.

Por otro lado Olivia iba llegando exhausta a su casa, había sido un día extremadamente pesado. Despidió a tres empleados por el mal desempeño y ella tuvo que hacer el trabajo hasta que llegaran las nuevas personas que tomarán el lugar.

One shots | Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora