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—¿Una sugar mommy? — inquirió Charles mirando al Francés —Estás realmente loco amigo, ¿sales con una mujer mucho más grande que tú?

Él asintió como si fuera lo más normal del mundo.

—Salir, salir no — se quedó pensando —Bueno, más o menos.

—No entiendo — se acomodó en el sofá.

El piloto francés suspiró.

—Mira, solo es sexo y ya. Yo voy con ella cuando necesita relajarse e incluso cuando quiere pasar un buen rato pero no mezclamos sentimientos, solo es sexo y ya — le explicó —Mayormente son mujeres divorciadas o a las que no le gustan los compromisos, ellas te dan algo a cambio pero yo no pido nada solo disfrutar.

Charles lo miró sorprendido, no conocía esa faceta de su amigo.

—Deberías de salir con una, te prometo que no vas a arrepentirte.

Se levantó para servirse un trago, el monegasco negó, definitivamente no haría eso ¿o si?

—Solo sabía que había sugar daddy pero eso es interesante, ¿y como la conociste?

—Por una aplicación, estaba aquí en casa aburrido y despechado por que me habían dejado — se rió —Y ahí conocí a Isabella, la sexy y jodidamente mujer más sensual que he conocido, ellas saben lo que hacen Charles y no se anda con estupideces. Es ejecutiva y duerme en el dinero, es soltera pero se divierte conmigo.

—Creo que algo te está afectando y me preocupa.

Pierre se rió y le dió un trago.

—No es nada malo, ¿o a caso no has tenido sexo? — Leclerc lo miró mal —Creo que es hora de superar a Charlotte y yo voy a ayudarte, buscaremos una mujer hermosa.

—De ninguna manera Pierre, no haré eso. Esas cosas no me gustan, no quiero problemas mucho menos que traten de dominarme o que me den cosas.

Giró y sus ojos y bufó.

—Eso decía yo y mírame ahora, creo que me gusta y será mi fin.

—¿Qué?

—Si Charles, tiene treinta y ocho, no es tan mayor pero..

—¿Qué no es tan mayor?, te lleva más de diez jodidos años.

—¿Y?, ella luce de mi edad. Son mujeres que se cuidan y que se visten muy bien, son mujeres con poder que les gusta tener el control, deberías de probarlo y si no te gusta está bien no pasa nada.

Charles se quedó mirándolo mientras mordía su labio inferior, en un momento le entró curiosidad por saber más del tema y quizás experimentar lo que su amigo estaba viviendo.

—¿Quieres intentarlo?, podemos buscar alguna.

Se sentó alado de él y Pierre sacó su celular, entró a la aplicación y empezaron a buscar a alguna mujer para tener una cita.

—¿Ella?

—No, se ve muy vieja — se rieron —¿Y ella?

Miraron la foto de una mujer de treinta y ocho, rubia de ojos verdes y con una sonrisa encantadora.

—Es empresaria y es de aquí — lo miró —¿Le mandamos la solicitud?, pero tienes que crear tu perfil en tu celular y mandarle la solicitud desde ahí, si le llegas a gustar te va a aceptar y podrán verse, así se maneja esto.

Leclerc suspiró y sacó su celular, no perdía nada con intentarlo él pensaba que no se llegaría a nada pero estaba muy equivocado.

—Pero antes debo decirte algo.

One shots | Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora