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Charles Leclerc

—Hola Charles — me saluda la niña rubia de cinco años que vive frente a mi apartamento —¿A dónde vas?

—Hola Anne — me inco frente a ella —Voy a correr un poco, ¿y tú mami?

Me señala dentro de su apartamento y eso es seña de que Olivia está dentro, vemos salir a la rubia mayor a toda prisa con su bolso, carpetas y su bebé de dos años cargandolo.

—Hora de irnos Anne — me mira —Hola y adiós vecino.

Le sonrio.

—Mami pero yo no quiero ir, tengo sueño — bosteza — Y Oliver también tiene sueño, déjanos aquí.

—No amor no puedo, vamos que ya es muy tarde.

Cierra la puerta y sus llaves se caen, las levanto y se las paso.

—¿A donde vas con tanta prisa Olivia?

—Tengo una reunión — me responde y me pasa a Oliver para que pueda peinarse un poco —Me dormí con tanto trabajo que tengo, de hecho ya voy muy atrasada y no tengo tiempo de llevar a los niños con mi madre, así que tengo que llevarlos.

Anne hace una mueca y se rasca su cabecita, esa niña es tan adorable siempre que me ve me saluda y cuando carga dulces me invita o toca mi puerta y los deja en el tapete.

—Yo puedo cuidarlos.

Me mira sorprendida y niega.

—Muchas gracias pero no, tengo unos hijos algo inquietos — se ríe y quiere cargar a su hijo pero él me abraza y me da besitos —Oliver, ven conmigo hijo.

—Charlie — sonrie el bebé.

Levanto mis cejas y ella suspira.

—¿Seguro que puedes?

—Claro que si, me gustan los niños y nos entendemos muy bien.

Anne grita y aplaude mientras da saltitos, abraza a su madre por la cintura y le pide que se agache para que le de un beso.

—Adiós mami, te amo.

Abre la puerta de mi apartamento y entra corriendo, Liv me pasa una mochila de Oliver y me mira fijamente.

—Cualquier cosa solo llámame.

—Creo que no podré hacer eso — levanta su ceja —Me bloqueaste.

Se ríe negando con su cabeza.

—Claro que no, solo cambié de número.

—Bien, ¿me darás tu número entonces? — me recargo de la pared —Así puedo llamarte por cualquier cosa y también te puedo llamar para salir a cenar o ir por un trago, lo que tu quieras — le sonrio.

—Traquilo, no quiero que tu novia toxica me arrastre.

—Charlotte ya no es mi novia — le aclaro —Así que ya no puede hacerte nada, ¿qué dices?

One shots | Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora