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No todo es color de rosas.

No todo es perfecto, hay sufrimiento y momentos de tristeza.

Charles y Olivia jamás habían pasado por sufrimiento y tristeza durante la relación incluso muchos envidiaban la relación que ellos tenían.
Eran una pareja hermosa, mantenían una relación estable y sobre todo había confianza, comunicación y amor, mucho amor.

La pareja estaba en su mejor momento, disfrutando de ambos y viajando por cada parte del mundo pero en un momento todo eso se acabó, así es la vida un día estás bien y al siguiente no.
Charles sentía tanta tristeza y desesperación que eso lo estaba consumiendo, se estaba volviendo loco en esa habitación en donde todo le recordaba a ella.

Estaba perdiendo la fe y las esperanzas de que ella siguiera con vida o que estuviera en algún lado pero siempre se aferraba a que entraría en cualquier momento por la puerta principal, llevaba dos semanas desaparecida. Había salido en su auto y no volvió, no respondió ninguna llamada y dos días después de que desapareció las llamadas ya no entraban, es como si la tierra se la hubiera tragado.

El piloto entró al despacho de su abogado y vió que estaba con todo el equipo y detectives privados que la estaban buscando, su rostro lucía cansado y tenía ojeras que cubría usando lentes.

—Señor Leclerc, buen día.

—¿Hay noticias? — ignoró el saludo, miró al detective y negó —¿Cuándo será el día que venga y me digas que ya hay noticias?

Todos se quedaron en silencio observándolo, Lorenzo puso su mano en el hombro de su hermano para que no se exaltara, no de nuevo.

—Hacemos todo lo que podemos señor, hemos buscado en casa rincón y su novia no salió del país — repitió lo que le venían diciendo —No está en la cárcel, ni en ningún hospital mucho menos en las personas que han muerto en accidentes. No tenemos más pistas — suspiró el detective —Estamos en cero y ya no hay más que hacer, ella ya no está.

El piloto negó y golpeó la mesa asustandolos.

—No vas a bandonar el caso, te he pegado demasiado dinero. Busca, mueve cielo, mar y tierra pero traela ella debe de estar en cualquier lugar, yo lo sé.

—Charles no..

—No Joe, no — lo interrumpió —No me digas lo que todos me han dicho, Olivia no está muerta y ustedes trabajan para mi así que busquenla.

Salió de la oficina ignorando los llamados de su hermano y de los encargados del caso.

—Lorenzo, hemos hecho todo lo está en nuestras manos — le dijo Joe —Hemos buscado en cualquier lado, hemos esperado alguna llamada en donde pidan algo por el rescate pero aún nada. No abandonaremos el caso pero las esperanzas son muy pocas, no hay señal de nada y ya han pasado dos semanas.

—¿Ya hablaste con todos los socios del padre de Olivia?

—Ya, interrogamos a todos incluyendo los hombres que se han vuelto rivales y no hayamos ninguna prueba.

El mayor asintió pasando su mano por su cabello.

—Hablaré con él, disculpa su actitud pero está desesperado.

—Lo sé, haré todo lo más que pueda.

Le agradeció para luego salir de la oficina, cuando llegó al estacionamiento solo vió pasar a su hermano en el auto como una bala, suspiró y negó con su cabeza.
Charles estaba desesperado, se sentía asfixiado junto con un dolor fuerte en el pecho.

Llegó a casa en donde vivía con ella y bajó rápidamente del auto y entró aventando la puerta, subió a la habitación y se encerró en ella recargadose de la puerta, trató de respirar pero sentía que se ahogaba.
Se sentó en la cama y se quitó su sudadera, sus manos temblaban y sus ojos se llenaron de lágrimas.

One shots | Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora