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Olivia iba caminando por toda la banqueta del parque en donde solía llegar a correr, estaba a punto de ponerse sus audífonos pero escuchó el llanto de un niño, miró hacia al frente y vió a un chico con un bebé que trataba de calmar su llanto pero no podía.

Ella tímidamente se acercó hasta ellos y el castaño al notarla la miró curioso.

—Hola — lo saludó —¿Está todo bien? — le preguntó al verlo tan desesperado por que su hijo no dejaba de llorar.

—No lo sé — admitió apenado —Mi hijo no deja de llorar y no sé que hacer, mi madre lo cuida pero ya es momento de que yo también lo haga.

Se sentó en la banca y le sonrió al bebé.

—¿Por qué lloras pequeño? — dejó de llorar y empezó a balbucear —Quizás tenga sed o su pañal ya está sucio  ¿como se llama?

—Jules — le respondió —Se llama Jules.

—Es un nombre muy bonito, ¿me dejas cargarlo?

Asintió y se lo dió, Jules miró a la chica y sonrió para luego aplaudir y jugar con la cadenita que ella tenía.

—¿Llorabas por qué tu padre te pellizcó, verdad? — bromeó y el chico se rió —Quizás también tenga un poco de calor, está sudando.

Nuevamente el bebé lloró y Olivia le acarició el cabello para acostarlo en sus brazos y jugar un poco con él.

—Eres buena con los niños, yo soy un desastre no me adapto aún.

—Solo es cuestión de paciencia y saber entenderlos, dale su biberón.

El ojiverde rascó su nuca y de la pañalera sacó el biberón.

—¿Podrías darcelo?, me da miedo que se ahogue o algo — admitió avergonzado —Por favor.

Olivia se rió y asintió para luego darle el biberón al niño, puso sus manitas en el y lo agarró bebiendo gustoso.

—¿Cómo te llamas?

—Soy Olivia ¿y tú? — lo miró —Te me haces conocido pero no se en donde te he visto.

—Soy Charles.

—¡Cierto! — exclamó sonriendo —A veces soy un poco distraída, es bueno encontrarme con nuestro piloto monegasco y ayudarlo con su hijo.

Leclerc la miró y se rio para luego observar a su hijo quien bebía desesperadamente, si que tenía sed. Terminó de beber y le quitó el biberón para luego pararlo y palmear levemente su espalda para que pudiera eructar.

—Creo que alguien está lleno — dijo ella y Jules se rió, lo acostó de nuevo y el pequeño empezó a quedarse dormido agarrando el dedo de la chica —Y creo que alguien va a dormir.

—Admito que eres muy buena, a mi me cuesta dormirlo, suele llorar mucho y solo mi madre o la novia de mi hermano lo calman, creo que le gusta estar con las mujeres.

—Es normal, algunos niños les gusta estar más con su madre y lo digo por experiencia, mis sobrinos siempre andan detrás de mis cuñadas o de mi ¿cuántos meses tiene?

—Ocho meses, en tan solo cuatro cumple un año.

—Qué bueno, es idéntico a ti — lo miraron —Creo que eres tú de niño.

—Es hermoso, cuando nació fue el mejor día de mi vida pero ha sido complicado cuidar de él — se atrevió a contarle —Tengo que ir a las carreras pero al terminar siempre me vengo, mi vida cambió mucho pero Jules lo vale todo.

—¿Y su madre?

Charles se tensó y carraspeó.

—Perdón yo no quise..

One shots | Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora