One shots | Charles Leclerc

73.2.2

—¡Amor, date prisa! — gritó Tom desde el primer piso —¡El vuelo sale en treinta minutos!

Se paró frente a la escalera esperando a que su novia bajara. Cinco minutos después apareció en el pasillo del segundo piso jalando su maleta, subió para ayudarla y bajar de nuevo a la sala.

—Liv, solamente nos vamos por un fin de semana no un mes.

Lo miró mal y él solo levantó su mano en forma de paz.

—Solo decía.

—Necesito lo que llevo en la maleta cariño — salieron de la casa —¿Subiste la caja en donde están las invitaciones?

—Si, todo está en la cajuela.

La británica iba a subir la maleta a la cajuela pero Tom negó y la agarró él.

—Recuerda que no debes de hacer ningún esfuerzo mucho menos levantar cosas pesadas — ella iba a protestar —Y nada de berrinches, yo tengo cuidar de ti y seguir todo paso a paso.

No le dijo nada y solo asintió con su cabeza, tenía un novio demasiado exagerado. Ambos subieron a la camioneta y salieron de la privada directo al aeropuerto.

Tom y Olivia habían sido amigos desde hace años, el británico había estado interesado en ella pero Liv salía con Charles y nunca se metió en la relación.
Ellos al terminar el actor se acercaba cada vez más y más a la chica, empezaron a salir a cualquier lado y Olivia se fue enamorando poco a poco de él.

Ella también merecía amar de nuevo y ser amada, Charles había sido su primer amor pero Tom era y sería el amor de su vida.

Veinte minutos después llegaron al aeropuerto, los dos iban caminando rápidamente para subir al avión, las cámaras se enfocaban en ellos pero Tom puso a su novia delante de él para que no la golpearan o jalaran, los fans solían descontrolarse.

—¿Estás bien? — la miró preocupado y asintió —No tengo ni idea como siempre adivinan cuando venimos al aeropuerto.

—Ese es su trabajo amor, andando.

Sería un bueno algo pesado pero tenían que viajar a Mónaco, las invitaciones no se entregarían solas.

Horas después la pareja bajó del auto que el actor había rentado, el apartamento de Olivia estaba impecable para un fin de semana en aquel lugar, Holland abrió las ventanas y salió al balcón teniendo la vista de los yates frente a él.

La cantante había citado a sus amigos pilotos en casa de Max, tenía algo para ellos incluyendo al monegasco. Ya habían pasado once meses desde que ella se había ido de Mónaco, en todo ese año solamente había hablado dos veces con él.

—¿Todo bien?, te noto algo nerviosa — la abrazó por detrás.

—Estoy bien — murmuró —Es solo que estar aquí me trae algunos recuerdos.

Tom se tensó y carraspeó.

—No solo de él Tom — se giró para mirarlo —Mónaco ha sido mi hogar también, conocí a muchas personas importantes en mi vida aquí.

—Lo sé, hace dos años estuvimos aquí.

—No querías venir pero te traje a rastras.

La noche llegó y ambos británicos llegaron a casa del neerlandés, Olivia tocó el timbre y un sonriente Max abrió la puerta para luego abrazar a su amiga y saludar de mano a su acompañante.

—Pasen, pasen — se hizo aún lado —Los chicos están en el jardín.

Caminaron los tres hasta el jardín en donde estaban los amigos de la chica, Liv miró al monegasco quien sonrió al mirarla.