● 33

14.1K 566 65
                                    

Olivia Verstappen había cumplido sueños y había tenido la suerte de vivir la vida a como muchos querían, tenía una buena familia, una hermana, su alma gemela o sea su hermano gemelo, amigos increíbles a esos que se le llaman familia. Estudió una buena carrera, tenía un buen trajo, lujos, pero lo más importante para ella era ese chico de ojos verdes, ese hombre perfecto para ella que se han amado desde que tienen memoria, Charles Leclerc, fue su novio y pasó a ser su esposo, el piloto era el hombre con el que ella soñó.

La neerlandesa había cumplido sus sueños y creyó que uno de los últimos también lo haría, ser madre. Pero Olivia no pudo, después de casarse eso eran los planes del matrimonio Leclerc Verstappen, ser padres pero sobre todo Olivia. Ella anhelaba ser madre pero desafortunadamente no podía, llevaban más de un año intentado tener un bebé, pero no podía embarazarce.

Charles la animaba día con día y trataba de hacerla feliz día con día, pero llegó un día en donde los resultados de muchos análisis salieron, ella era estéril y eso partió el corazón de Olivia y para Charles fue el doble, saber que la mujer que amaba no sería madre a como quería y el dolor de su esposa.

Verstappen sospechaba algo pero no quería darse cuenta de la dura realidad, pero tuvo que hacerlo al leerlo en los resultados.

Estaba acostada en su cama mirando un punto fijo, le pidió a alexa reproducir Someone Like You, de Adele. Las canciones de aquella mujer hermosa eran melodías para la chica, sus canciones eran arte y ella las amaba. Cuando la canción empezó a reproducirse cerró sus ojos y dejó caer de nuevo sus lágrimas, la puerta se abrió y entró un Charles destrozado, destrozado por ver a su mujer así, se acercó a la cama y se acostó para abrazarla por detrás.

Mon amour — susurró en su oído —Max está aquí, bajemos a almorzar.

Ella no quería ver a nadie.

—No tengo hambre Charlie — musitó —Solo quiero estar aquí, ya sea sola o contigo — abrió sus ojos —Estoy maldita.

Esas últimas palabras fueron como una punzada en el pecho del monegasco, la agarró de los brazos y la acomodó en la cama para que ella quedara debajo de él.

—No vuelvas a decir eso Olivia — la reprendió con sus ojos llorosos —No estás maldita, no vuelvas a decir eso.

El piloto dejó caer sus lágrimas y cayeron en el pecho de la chica, ella lo abrazó con fuerza y le susurró que la perdonara.

—No me gusta verte así, esto no es el fin del mundo cariño. Se que estás sufriendo pero juntos vamos a superarlo y buscaremos una solución pero lo haremos juntos — juntaron sus frentes —Si tu sufres yo también lo haré, ¿lo recuerdas?, tu dolor es mi dolor y tu felicidad es mi felicidad.

— Lo recuerdo — lo miró.

—Se que hallaremos una solución a esto, esos son los primeros resultados pero haremos más análisis y seguiremos intentando, se que tendremos un hijo tengo mucha fe.

Olivia apretó sus ojos y giró su cabeza.

—Mírame — le pidió y ella negó, las lágrimas de la arquitecta salían sin parar —Cielo, mírame.

Lo miró.

—Serás madre, pero tenemos que ser realistas. Si no puedes embarazarte buscaremos la manera, algunas personas rentan vientres o algo así,eso fue lo que leí — ella negó, jamás haría eso —Bien eso no, pero ¿adoptar?.

—¿Adoptar?.

—Si amor, hay muchos niños que necesitan un hogar, que necesitan amor y tener una buena vida. Hay muchos niños que sus padres mueren e incluso sus mismos padres los abandonan y los llevan a las casas hogares, a esas en donde te gustar ir y llevarle cientos de cosas — sonrió —¿No te gustaría?, por que si tu quieres ahora mismo vamos y veamos esa opción.

One shots | Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora