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El piloto de Ferrari caminaba por el pasillo del paddock con una bolsa en sus manos, su mirada iba fija en sus pisadas sin ninguna pizca de emoción, se sentía confundido.
Llegó hasta donde estaban sus amigos y ellos se estaban riendo y platicando hasta que miraron a Leclerc, se veía cansado y estaba muy extraño.

—Leclerc — lo saludó Max —¿Cómo has estado hermano?

Él medio sonrió y soltó un suspiró, saludó de puño a sus amigos y miró a su ex cuñado.

—Bien, eso creo.

—¿Qué traes en esa bolsa? — le preguntó curioso Lando —¿Es comida?

Charles se rió y negó con su cabeza, observó el interior de la bolsa y sacó una invitación.

—Estas son las invitaciones de mi boda, yo las traje para ustedes.

Los pilotos se miraron, Carlos y Pierre fruncieron su ceño mientras que Max soltó una carcajada, aseguraba que el chico estaba bromeando pero al verlo que no se reía ni sonreía su semblante cambió.

—¿Boda? — cuestionó Carlos —Estás loco Charles, creí que lo tuyo y Coni solo era diversión. Ya sabes, dijiste que no era nada oficial que sólo era compañía.

Max apretó sus manos mirando a Charles.

—¡¿La embarazaste?! — exclamó preocupado Pierre —En dado caso que haya sido eso no tienes por que casarte estamos en otro siglo, puedes hacerte cargo del bebé sin tener que casarte.

El monegasco solo los miraba y los escuchaba, hacían suposiciones y es que no podían creer que Charles se casaría.

—No, no la embaracé.

—Oh vamos chicos, Charles solo bromea — se rió Lando.

Él negó de nuevo y eso hizo que sus amigos se miraran nuevamente.

—¿Entonces por qué vas a casarte?

Lo miró y por varios segundos se quedó en silencio hasta que respondió.

—Yo... — carraspeó —Yo creo que la quiero.

—¿Crees? — lo miró Max —Hace menos de un mes me dijiste lo mucho que amas y que extrañas a mi hermana, que cuentas los días para que ella vuelva y ahora vienes y dices que vas a casarte, ¿qué rayos pasa contigo?

Leclerc ignoró su comentario y repartió las invitaciones dejando totalmente desconcertado a los pilotos, cuándo se acercó a Max le pasó la invitación pero el neerlandés no la agarró.

—No iré a tu boda, puedes dársela a alguien más.

—Eres mi amigo Max quiero que estés ahí.

—¡¿Y mi hermana qué?! — le gritó —¡¿Crees que iré a tu jodida boda?!

Charles apretó la bolsa y lo miró con coraje.

—¡Ella me dejó, ella se largó y me dejó aquí! — le gritó furioso —¡No tienes que reclamarme nada, ella decidió irse yo tengo derecho a hacer mi vida de nuevo sin ella!

Max negó y pasó su mano por su cabello.

—Le hiciste una promesa.

—¡Tu hermana no volverá, hace tres años que se fue, ella no volverá!

—¡Si lo hará Charles, ella volverá!

Los chicos se levantaron de su lugar y Pierre se puso en medio de ellos.

—Tranquilos, Max tranquilízate.

—Eres una mierda, ojalá que cuando mi hermana regrese no lo haga sola ojalá que ella igual te haya olvidado a como tu lo hiciste.

One shots | Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora