Cien

118 19 33
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Evangelina estacionó el auto sobre la vereda, tal como había hecho Franco en aquella navidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Evangelina estacionó el auto sobre la vereda, tal como había hecho Franco en aquella navidad. Se quedó observando la fachada de la casa aferrada al volante, mientras pensaba qué le diría a Franco en caso de encontrarlo allí.

—Comienzo a entender muchas cosas de la actitud de Franco —pensó Dae-myung en voz alta, mientras observaba la vieja edificación y el barrio en general—. ¿Aquí nació?

—Sí, vivió acá hasta mudarse a Puerto Madero.

—Es cierto el dicho, no hay rico más humilde que el que se hizo de abajo. Pudo irse del barrio, pero el barrio nunca se fue de él.

—Gracias por seguir matando mi amor por Daniel, no hablando irónicamente.

—Eso refuerza mi teoría. Rico con dinero de papi: una lacra.

—No éramos ricos —aclaró Evangelina.

—Pero tu ex se comportaba como si lo fuera. Vivía ostentado su estilo de vida, su esposa perfecta, sus viajes de trabajo... Y si todavía tenés dudas, compará el Instagram de él con el de Franco.

—¿Cómo pude ser tan ciega todos estos años? —rezongó, recostándose sobre el volante.

—Franco te quitó la venda de los ojos, es a él a quien deberías agradecerle. Y todavía dudás de tu enamoramiento por él —bufó—. ¿Vamos? ¿O preferís que me quede en el auto?

—Vamos. Inventate una excusa laboral para anunciarnos, en caso de que no quiera verme.

 Inventate una excusa laboral para anunciarnos, en caso de que no quiera verme

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
EvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora