¿Qué siente un hombre que lo tiene todo y lo único que le falta es un imposible?
Franco jamás conoció el amor verdadero.
Evangelina lo conocía a la perfección.
Una propuesta laboral. Una confusión. Una buena amiga y un enamorado luchando por sacar a...
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Era la tercera vez que Evangelina se disculpaba porque se enredaba al explicarle a Dae-myung sus ideas para el pack premium con las viejas terminales.
—Perdón, se me enredan las palabras con la idea que tengo en la cabeza. Lo que quise decir es que...
—No te merecía, Evangelina —la interrumpió sorpresivamente—. Entiendo que fueron muchos años de relación, pero un hombre que te abandona por sus inseguridades no es digno de ninguna mujer.
Evangelina enmudeció, y automáticamente hizo su gesto característico con el labio, solo que en esa oportunidad realmente estaba triste. Agradeció estar a solas con Dae-myung en una sala de reuniones, no quería que nadie sintiera compasión por ella, y menos en su nuevo espacio de trabajo.
—Te juro que prefería que me dejara por otra, al menos así hubiera podido decir «Todos son iguales». ¿Pero dejarme porque empecé mi propia carrera profesional? —rio con sorna—. Y el último clavo en el ataúd de nuestro matrimonio fue salir a decir que nos separamos de mutuo acuerdo, cuando la realidad es que dejó su alianza sobre la mesa del comedor y huyó como una rata.
—¿Y si hacés lo mismo, pero dando tu versión de los hechos? Sé que tú cuenta es privada, pero esas cosas siempre se filtran.
—No... No me gusta la exposición mediática, y mucho menos andar ventilado mi vida privada. Suficiente con la historia que subí anoche.
Dae-myung tomó su teléfono, y luego de un par de tecleos colocó el aparato sobre la mesa frente a Evangelina.
—Pues mucho me temo que ya se filtró.
Evangelina tomó el aparato y leyó la nota de un portal de espectáculos. El título era por demás amarillista: «¡Escándalo! La verdad tras la separación de Daniel Grimaldi: ¿Acuerdo o engaño?». La nota solo relataba el intercambio de historias subidas, y adjuntaba ambas capturas. Dejaba la incógnita sobre quién decía la verdad, y agradeció que el post original no se hubiera filtrado. De lo contrario, podrían haber visto el comentario que Franco dejó desde su cuenta personal, lo que habría dado al artículo un tono diferente.
—Definitivamente tengo que hacer limpieza de contactos. La nota no es de los medios para los que Daniel trabaja, pero yo no sé si alguno de sus compañeros filtró esto a algún colega o amigo.
—Hacelo ahora, no pierdas más tiempo. Voy a traer algo para tomar.
Dae-myung hizo un gesto con sus cejas, mientras salía en busca de café, y dejaba sola a Evangelina, dándole su espacio para que resolviera ese pequeño incidente. De a poco fue eliminado de sus seguidores las cuentas de todos los compañeros y colegas de Daniel, al fin y al cabo no había establecido vínculo con ninguno de ellos. Revisó la lista varias veces, bajo la atenta mirada de Dae-myung, que ya había vuelto con dos vasos de café.
—Me falta una sola persona, pero no sé qué hacer —le comunicó a Dae-myung.
—¿Quién es? Todavía no conozco mucho los periodistas, pero si me mostrás su foto tal vez...