¿Qué siente un hombre que lo tiene todo y lo único que le falta es un imposible?
Franco jamás conoció el amor verdadero.
Evangelina lo conocía a la perfección.
Una propuesta laboral. Una confusión. Una buena amiga y un enamorado luchando por sacar a...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mientras Evangelina juntaba sus pertenencias con la ayuda de Franco, Daniel había quitado la música y recorría el departamento con andar altanero en busca de cambios, pero todo estaba tal como él lo había dejado al partir. Desconocía que esa sensación de triunfo iba a durar poco.
Al otro lado de la pared, la cabeza de Franco no paraba ni un minuto, algo no le cerraba mientras doblaba cuidadosamente la ropa de Evangelina dentro de la maleta. Si llevaban separados menos de un mes, y él había alquilado un departamento, ¿por qué no se quedó allí hasta completar el mes?
Tenía la confirmación de la chica de Twitter, le había enviado un video ingresando al perfil de Daniel y luego a los chats para constatar la veracidad de los mensajes, pero no se los mostró a Evangelina para no mellar más su dañada autoestima. Estaba claro que coqueteaba con otras mujeres, haciendo alarde de su carrera como periodista laureado. Fue entonces cuando surgió otra interrogante, ¿y si tenía otra mujer y ésta lo dejó luego del escándalo?
Entró a su perfil de Instagram, estaba seguro de que en esos días había publicado una foto en un departamento. Observó bien los detalles, porque la fotografía tenía el efecto de foco que difuminaba el fondo, y luego entró al perfil de Laura, la presentadora del clima que Evangelina mencionaba en sus inseguridades. Tuvo que bajar un poco para encontrar en un post el mismo fondo de la última foto de Daniel.
—Mi amor, ¿qué pasa? —Evangelina se preocupó al ver el rostro de Franco.
No quería responder, era la confirmación de todas sus sospechas y temía que su autoestima volviera a descender si se confirmaba lo que acababa de ver.
—No sé si es bueno que veas esto, Evi.
—¿Hay algo que pueda hacerme más mierda de lo que ya estoy? —suspiró frustrada—. Franco, sos lo único que tengo, no quiero que me ocultes nada, la confianza tiene que ser siempre la base de nuestra relación. Lo que sea, lo afrontamos juntos.
Franco se acercó, y le mostró lo que había descubierto, marcándole las coincidencias en ambas fotos, y luego, comenzó a explicarle su punto.
—No me cerraba que volviera si había alquilado un departamento, una persona normal al menos se queda a cumplir el mes pago. Pero él apareció hoy, justamente después del escándalo y de toda la opinión pública tratándolo de violento. Si yo fuera su amante, lo último que querría es seguir con él. Mirá la fecha de esta foto: veinte de diciembre, el día que se fue.
Evangelina clavó su mirada en Franco, procesando cada una de sus palabras. Y de repente, salió hecha una furia hasta el living, en donde Daniel miraba la televisión sentado en el sillón. Se paró frente a él, y le dio vuelta la cara de una cachetada que retumbó en todo el departamento.
—¡¿Qué mierda te pasa, psiquiátrica?!
—¡¿Yo soy la psiquiátrica?! Al final, la que estaba en lo cierto era yo, y siempre me lo negaste. Por eso estabas tan perseguido con Franco, ¿no? Porque el ladrón cree que todos son de su condición.