¿Qué siente un hombre que lo tiene todo y lo único que le falta es un imposible?
Franco jamás conoció el amor verdadero.
Evangelina lo conocía a la perfección.
Una propuesta laboral. Una confusión. Una buena amiga y un enamorado luchando por sacar a...
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Evangelina subía por el ascensor tratando de entender la excesiva cordialidad de todos en la torre Alvear, si bien nunca la hicieron sentir inferior, se sorprendió al ver que todos la reconocían, y hasta intentaban llamar su atención cuando ella caminaba con la vista baja. Entró al departamento con la llave que le proporcionó Franco, sabía que esa noche estarían solos porque Bruno le había confirmado que pasaría la noche en Barracas con Ismael. Y por ese motivo se sorprendió al escuchar a Franco hablando efusivamente con alguien.
—¡Me detuvieron, boludo! Te dije que no era por ahí...
Evangelina se comenzó a preocupar por lo que acababa de escuchar, claramente sin contexto. Comenzó a seguir su voz, porque todavía se perdía entre tantas habitaciones, hasta que llegó al estudio, donde la puerta estaba cerrada. Sonrió al ver de qué se trataba.
Franco jugaba en su computadora al GTA V, con los auriculares puestos. Se acercó a pasos lentos, intentando contener la risa porque parecía un adolescente, y Franco recién notó su presencia cuando el chat la vio en cámara. Le bastó mirarse en la pantalla para encontrarla parada tras él, con una amplia sonrisa divertida. Se quitó los auriculares, y poco le importó estar a la mitad de una partida cuando se puso de pie para saludarla, tomando su rostro por las mejillas. Tardó unos segundos percatarse de que la transmisión seguía en vivo, a pesar de que no se veían sus rostros en pantalla.
—Ya vuelvo —anunció a su audiencia, acercando la cara exageradamente a la cámara y poniendo en pausa la transmisión—. Hola, mi amor —le dijo, entre besos.
—Veo que supiste entretenerte mientas no estuve. ¿Ahora sos streamer?
—En realidad siempre lo fui, bueno... No hablaba con mis seguidores, solo jugaba con la cámara prendida y no interactuaba. Hoy me conecté un segundo para enseñarle a Daniel, y me sorprendió que se conectara tanta gente. No sé, me pareció divertido hacer esto, ya siendo mucho más maduro y desfachatado.
—¿Esto no estará saliendo en vivo? —pregunto señalando a la pantalla—. El chat está prendido fuego.
Franco se volteó para corroborar la transmisión en vivo, pero se tranquilizó al ver el meme de dificultades técnicas de Los Simpson, mientras sonaba el último minuto y medio de Veneno, la canción de Tan Bionica que se le había pegado desde la primera vez que la escuchó. Leyó los mensajes y sonrió, era unánime el pedido para que Evangelina saliera unos minutos en cámara, todos querían ver la flamante pareja que fue noticia las últimas semanas. Se cercioró de que estuviera él solo en plano, y volvió a activar la cámara.
—Amigos, seguimos otro día, ¿les parece? Prometo prender pronto, no se preocupen.
Pero el chat seguía pidiendo por Evangelina.
Franco le regaló una mirada pícara, y ella no pudo resistirse. Lo abrazó por la espalda, dejó un beso en su mejilla, y luego saludó a la cámara.
—Me lo llevo, prometo devolvérselos pronto —dijo, y el chat explotó a carcajadas y corazones.