Capítulo 1: Primer reencuentro.

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Desperté con el sonido del timbre retumbar en mis oídos, quité el cabello de mi rostro y abriendo los ojos muy poco a poco tomé mi celular para ver la hora, eran las 10 de la mañana. El timbre volvió a sonar y caminé al baño entre dormida, mojé lo más que pude mi rostro y me cepillé los dientes rápido, tomé mi cabello en un moño y corrí hacia la puerta ya despierta totalmente, abrí pensando en que podía ser Karen, pero no, me encontré con aquellos ojos color miel que recordaba cada día, una pequeña sonrisa que dejaba entre ver su dentadura perfecta y sus labios húmedos, con unos pequeños pómulos prominentes y su mandíbula marcada.

-Era cierto, regresaste- su sonrisa se agrandó y en segundos ya estaba rodeándome con sus brazos-. Bienvenida a Los Ángeles Jessica Smith, no sabes cuánto te he extrañado-.

Pude sentir su abrazo como el mejor que había tenido en años, eran los brazos que extrañaba tanto, su cuerpo se sentía más grande que antes, su espalda más ancha y sus brazos más fuertes, claramente estaba más alto que antes. Me alejé solo unos centímetros para mirarlo a los ojos, así de cerca notar que era el mismo Justin que me había dejado en el aeropuerto de Los Ángeles hace 4 años cuando partí a París, pero realmente lucía diferente.

-Que le pasó a tu cabello idiota?-mi voz sonaba incrédula entre algunas risas.

-No me has visto en 4 años y me dices eso?-su sonrisa se mantenía perfecta y pude ver un pequeño intento de bigote sobre su labio superior.

-Lo siento-reí y me alejé de sus brazos-, adelante Justin-abrí pasó para que pudiera entrar, y lo hizo sentándose de inmediato en el sofá.

-Muy lindo pijama, lamento haberte despertado. Cuando supe que habías llegado en la madrugada no pude aguantar más para venir aquí-me decía sin quitar la sonrisa de sus labios, apoyaba sus brazos en sus rodillas y me miraba directamente a los ojos.

-Sí, llegamos a las 3 de la madrugada y por suerte Karen estaba con su novio para que pudieran ir por nosotras al aeropuerto-me senté a su lado.

-Ryan, si, él es mi mejor amigo, mi hermano, vivimos juntos además de dos chicos más, los conocerás muy pronto-me decía mientras me miraba y jugaba con sus manos-.

Me mantuve en silencio solo asintiendo con mi cabeza, y en segundos él se lanzó sobre mí con delicadeza y me encerró en sus brazos, su respiración estaba más rápido de lo normal cuando la sentí de cerca en mi cuello, y sus brazos me mantenían fuertemente, ambos solo estábamos en silencio y ninguno tenía intención de hablar, eso parecía, solo nos abrazamos por un largo rato, me refugié en su hombro y él acarició mi cabello suavemente.

-Te quiero-su voz sonó ronca y suave a la vez, tan cerca de mi oído que la brisa de su voz me provocó un pequeño escalofríos.

-Yo también te quiero Justin, me hiciste mucha falta.-Se alejó unos centímetros de mi y sus ojos brillaban, una pequeña sonrisa estaba en sus labios.

-Podrías jurarlo?

-Mil veces, lo podría jurar por ese intento de bigote que tienes-reí al instante y él también-. Porque usas eso?-dije aún entre risas.

-Solo quiero sentirme un poco mayor, no te gusta?-aún me mantenía firme entre sus brazos y nuestros rostros estaban cerca.

-Sí, no lo sé, es raro, pero está bien-reí y me volví a apoyar en su torso, me sentía totalmente tranquila con él y esa tranquilidad la extrañaba hace mucho.

Sentí una tos fingida que me hizo alejarme de golpe de Justin, junto a nosotros estaba Isabella de pie, mirándonos con ojos curiosos, su pijama aún no llevaba puesto y parecía haberse despertado hace solo minutos.

-Isa-le sonreí-, él es Justin, lo recuerdas?

-Oh, sí claro, Justin- lo saludó de un beso en la mejilla-, disculpen haberlos interrumpido, iré a darme una ducha, sigan en lo suyo-caminó de inmediato sin poderle responder, Justin solo rió de lo que dijo.

-Ignórala-dije entre risas.

-Ok-rió también y me dio un beso en la frente-. De verdad me alegra mucho verte Jessica, te extrañé mucho. Supongo que tienes mucho que hacer, pero quisiera que te dieras un tiempo para poder compartir juntos, y con Karen claro, así podría presentarte a unos amigos, te van a agradar.

-Claro que sí, hoy tengo que ordenar un poco aquí, bueno a decir verdad Karen mantuvo el departamento perfectamente en nuestra ausencia, mi padre fue muy inteligente al haberlo dejado a cargo de su padre, y me alegra demasiado que ella viva en éste mismo edificio. Pero de todos modos debo hacer compras, no tenemos nada para cocinar ni para sobrevivir.

-Puedo llevarte al supermercado, para mí sería un placer, así podríamos conversar sobre lo que ha pasado en todos estos años. No aceptaré un no por respuesta, o piensas ir sola?

-Está bien Justin-reí dándole un golpecito en la espalda-, pero debo ducharme y arreglarme un poco.

-Puedo esperar Jess, mientras puedo ir a hablar algunas cosas con Karen, y volver por ti en una hora, te parece bien?

-Perfecto, te estaré esperando.

Justin se puso de pie y camino hacia la puerta, lo acompañé y me volvió a abrazar muy fuerte, sus abrazos siempre fueron los mejores, los más reconfortantes y nuestros cuerpos encajaban perfectos en ese abrazo. Me besó la mejilla y se fue. Por suerte Isa y yo teníamos baños privados en cada habitación, por lo que pude ducharme de inmediato lo más rápido posible.

-Muy guapo tu amigo-me sonrió Isabella mientras yo me estaba maquillando y ella me miraba desde la cama de mi habitación en donde estaba recostada.

-Sí, está guapo, creció bastante- me mantuve mirando el espejo y aplicándome rímel en las pestañas.

-Tú también creciste, y estamos en Los Ángeles Jess, estamos en nuestro querido país, me parece una perfecta idea que comiences a rehacer tu vida y olvidarte del idiota de Lucas y la zorra de Michelle.

-No quiero hablar de eso, por favor Isa, evita nombrarlos cuando esté Justin o Karen, no quiero que se enteren de eso, no por ahora. Espero que no te importe quedarte sola un momento, puedes pedir algo de comida rápida a domicilio si quieres-me había detenido a mirarla mientras le hablaba y luego comencé a preparar una cartera.

-Ellos son tus amigos, debes confiar en ellos, no sé si ahora o en unos días, como sea pienso que debes desahogarte con alguien sobre lo que pasó, sé que conmigo se te hace difícil, soy tu hermana y sé que confías en mi pero a tus ojos soy una niña de 15 años que no debería saber ciertas cosas, y me parece bien, pero no te conviertas en una amargada, no por culpa de ellos-sus ojos verdes parecidos a los de gato estaban fijos en mi, su tono había sido serio y un tanto maduro, lo que me provocó un silencio total como respuesta, y ella lo entendió retirándose de la habitación.

El timbre sonó y tardé unos segundos en reaccionar e ir a abrir la puerta, Isabella me había hecho recordar personas que no quería, y con lo que dijo realmente tenía razón, había que cerrar el maldito ciclo de París, había que comenzar de nuevo, desde cero, pero estaba teniendo a las personas que más quería cerca y no podía desperdiciarlas.

-Lista?-su voz se escuchó de inmediato cuando abrí la puerta su vista pasó desde mis pies a la cabeza.- Veo que si, estás preciosa, ya vamos pronto, no sabes las ganas que tengo de escuchar que tal fue tu vida en París.

-Ni te imaginas-rodeé los ojos mientras caminaba tras él camino al estacionamiento del edificio en donde estaba su auto.

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Who will fall in love? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora