Capítulo 27: Los juegos no son eternos

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-Creo que ya debemos salir de aquí Justin, la película ya debe ir en la mitad, llevamos bastante aquí –dije mientras me alejaba un poco de su abrazo.

-No nos extrañan, no te preocupes –volvió a abrazarme.

-Y qué quieres estar aquí toda la noche en la habitación?

-Se te ocurre algo mejor? –volvió a besarme, estábamos recostados en la cama y él se mantenía apoyado en uno de sus brazos mirándome de costado, me acariciaba y besaba a cada minuto.

-Crees que alguna vez nuestra amistad va a volver a ser normal? –dije por fin luego de varios segundos en silencio.

-A qué te refieres con normal? –su expresión se mantenía seria.

-A volver a abrazarnos y mirarnos sin terminar comiéndonos a besos.

-Si fuera por mí, jamás volvería a ser normal –rió un poco.

-Pero lo va a volver a ser –su rostro se puso tenso al escucharme-. Me refiero a que llegará el momento en que alguno de los dos tenga una pareja y tendremos que volver a abrazarnos como lo hacíamos hasta hace poco, sin terminar besándonos, o simplemente la amistad se acabará –soné drástica aunque no era mi intención.

-Te das cuenta lo bipolar que eres?. Fuiste tú la que empezó todo esto, tú me besaste y luego dijiste que podíamos seguir con esto como un juego –me miró sorprendido.

-Pero los juegos se terminan Justin, no son eternos.

-Ya arruinaste la noche, iré a ver la película aburrida que estén viendo todos –comenzó a ponerse de pié y lo detuve.

-No te vayas, quiero estar contigo, estábamos bien.

-Sí, estábamos bien, pero siempre tienes que estar pensando en el futuro, nunca dejas que las cosas solo pasen, quieres predecir todo Jessica –volvió a recostarse a mi lado mirándome aún serio.

-Lo siento –comencé a besarlo lentamente y él se alejó un poco para mirarme.

-Odio ser tan fácil contigo –sonreí al oír eso y volvimos a besarnos.

Estuvimos así bastantes minutos más, hablábamos sobre los chicos y cosas sobre la universidad, no me gustaba hablar de París porque no me traía muy buenos recuerdos y arruinaba el momento, Justin lo sabía, por eso siempre buscaba cualquier tema de que hablarme y siempre lograba tenerme horas riendo. Estuvimos perfectamente y estábamos hundidos en un beso cuando la puerta se abrió y nos separamos rápidamente, pero él si alcanzó a vernos, por su cara lo noté, Ryan no paraba de reír.

-Lo siento, no quería interrumpir, los chicos pensaron que ustedes se habían dormido y me enviaron aquí a preguntarles si querían comer algo, pero no creo que tengan hambre –dijo sin dejar de reír.

-Ya vamos –Justin sonreía con una mirada cómplice hacia él y yo seguía mirando en otra dirección con mis mejillas ardiendo-. Bro, tu sabes que debes cerrar la boca –le advirtió Justin.

-No te preocupes, ya vengan –salió de la habitación riendo.

-Sabía que esto pasaría –dije avergonzada y riendo.

-Tranquila, él no dirá nada –me abrazó mientras se ponía de pie. – Vamos a comer algo?

-Ok, confiaré en él porque tú confías –lo seguí.

Llegamos a la sala principal y sentí la mirada de Ryan y al mismo tiempo mis mejillas arder, él no dejaba de sonreír y Justin le dio un codazo para que dejara de hacerlo, susurraron algo que no escuché y Ryan por fin dejó de mirarme con su sonrisa burlona.

-Chicos a qué hora viajaremos mañana? –preguntó Karen mientras todos estábamos disfrutando de unas papas fritas e Isabella buscaba que otra película reproducir.

-Luego del almuerzo o no? –Ryan respondió.

-Sí, está bien, entonces vamos a almorzar donde fuimos hoy, me gustó el lugar y no creo que nadie quiera cocinar el último día o sí? –Karen nos miró a todos y reímos.

-Bueno cariño, iremos ahí –Ryan siempre le respondía a Karen al instante y eso provocaba risas en todos.

Finalmente nos sentamos a ver la siguiente película que habían reproducido, jamás le presté mucha atención, estaba al lado de Justin y en todo momento él jugueteaba con mi mano o con mi cabello, acariciaba mis mejillas, me miraba y humedecía sus labios asomando su lengua intencionalmente, sabía que eso me gustaba y eso me provocaba risa, de vez en cuando todos me miraban para saber porque reía y yo desviaba la mirada. Todo estaba bien hasta que sentí mi celular, estaba sin sonido, solo vibrador, me puse de pié enseguida y corrí a la habitación, supuse que era Ely porque decía “llamada internacional” y ella solía llamar a esa hora. Justin me siguió enseguida para saber que me había pasado.

-Por qué corriste así? –me alcanzó en la habitación.

-Porque mi amiga me está llamando –reí mientras contestaba la llamada-. Hola Ely! –escuché un respiro profundo, no era Ely, lo supe de inmediato y miré a Justin enseguida.

-Qué te pasa Jessica porque te pones pálida?

-Jessica? –escuché su voz, era Lucas-, Jess, estás con alguien?

-Jessica que te pasa? –insistía Justin.

-Jessica con quién estás? –repetía Lucas al teléfono y yo me mantenía inmóvil en silencio y Justin tomó el celular de mi mano y habló él.

-Quién habla? –Preguntó de inmediato -. No quiero que vuelvas a llamar imbécil, Jessica no va a volver a París, puedes dejarla en paz –continuaba mientras yo miraba sin saber qué hacer. –No, ella no quiere saber de ti, ella está conmigo –cortó la llamada y me miró fijamente.

Estuve mirándolo sin poder descifrar si estaba molesto o entristecido, su rostro se mantenía tenso y su mandíbula apretada pero se acercó a mí y me abrazó, me dio un beso en la frente y me sonrió por fin.

-Espero que no te moleste lo que hice –susurró en mi oído.

-Claro que no, gracias –lo abracé aún más fuerte.

-Jamás te dejaré sola, lo sabías? –me miró con una leve sonrisa y asentí-. Vamos con los chicos, mañana ya hay que regresar a la ciudad, aprovechemos ésta noche –presionó sus labios con los míos y salimos de la habitación-

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Who will fall in love? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora