Capítulo 68: Una eternidad feliz

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-Éste si era el recibimiento que esperaba -me susurró mientras me acogía en sus brazos.
-Justin lamento lo que te dije, soy una tonta, solo estaba nerviosa -hablé mientras lo abrazaba más fuerte.
-No te preocupes cariño -me acarició el cabello.
-Te dije que no se iría sin ti -escuché la voz de Ely.
-Cómo lograste llegar aquí? -me alejé de Justin para mirarlo a los ojos y lo guíe para que nos sentáramos en el sofá.
-Llamé a Isa y ella se comunicó con los padres de tu amiga para pedirles la dirección de este departamento, yo seguía en el aeropuerto y tomé un taxi, el conductor por suerte sabía como llegar -rió un poco.
-Lo siento -lo miré preocupada-, soy una tonta.
-Aún no me presentas a tu chico Jess -escuché a Ely y la miré, estaba sentada en el sofá que estaba frente a nosotros y nos observaba con una sonrisa.
-Lo siento -reí y ella se acercó-. Ely él es Justin, tú sabes quién es -sonreí.
-El chico que te hizo llegar hasta aquí, claro -rió ella-. Me alegro que estés aquí, espero que esta cabeza dura orgullosa te escuche, los dejaré solos, iré a dar una vuelta por ahí -sonrió y comenzó a caminar hacia la puerta hasta salir totalmente del departamento.

Justin me miró en silencio, ambos estábamos sin saber que decir y la tensión estuvo presente durante varios minutos.

-Quieres comer algo? Debes tener hambre, te voy a preparar algo -hablé y de inmediato me puse de pie pero él sostuvo mi mano.
-No te vayas, hablemos -me miró hacia arriba y me volví a sentar.
-Qué pasa? -dije tontamente.
-Sé que viniste aquí porque querías estar lejos de mí y quizá estas molesta porque te seguí -comenzó a hablar mientras seguía sosteniendo mi mano-, pero cariño espero que me entiendas. Cuando leí tu carta y leí que te habías ido del país el mundo se me derrumbó, tú eres mi vida y si no te seguía hasta aquí hubiera sido como aceptar que te perdí y yo no lo acepto -sus ojos estaban fijos en los míos.
-No me has perdido del todo -dije con un hilo de voz-. Sabes que te amo, pero necesito confiar en ti para estar contigo y...
-Vas a volver a confiar en mi -me interrumpió-. Voy a ganarme tu confianza, sabes perfectamente que te amo y que jamás volvería a hacer la maldita estupidez que hice, lo sabes cariño, no niegues eso, me conoces mas que nadie y sabes que me tienes en tus manos -su vos sonaba desesperada.
-Sé que me amas -suspiré.
-Me tienes en tus manos Jessica -repitió-, puedes hacer lo que quieras conmigo, menos dejarme porque eso me mataría.

Lo miré en silencio, él siempre me dejaba sin palabras y odiaba eso, pero a veces era lo más apropiado guardar silencio y que él solamente leyera lo que gritaban mis ojos. Nuevamente supo descifrar lo que yo quería a la perfección, se acercó lentamente a mi boca, con una de sus manos sostuvo el cabello que caía sobre mi rostro y así comenzó a besarme con suavidad, con mis ojos cerrados podía solo pensar en él y en que no quería dejar de besarlo jamás, él se alejó un poco y me dejó a mi con un beso a medias, abrí los ojos y lo vi sonriendo.

-Si quieres besarme hazlo tu ahora, pero si lo haces te aseguro que jamás volveré a dejar que te alejes de mi y tendrás que regresar a Los Ángeles conmigo para ser felices por siempre -sonrió tiernamente.
-Felices por siempre solo son los protagonistas de cuentos de hadas -reí.
-Podemos hacer que esto sea un cuento de hadas, tú eres mi princesa y yo puedo ser tu sapo o tu caballero que debe salvarte de algún dragón o algo así -mantuvo su sonrisa tierna.
-Aún así los finales felices no existen -sonreí levemente.
-Eso me gusta, porque yo no busco tener un final feliz contigo, busco tener una eternidad feliz juntos -sonrió un poco.

Ambos sonreímos mirándonos a los ojos, por un momento recordé lo de Alexandra y esta vez no fue malo, porque me di cuenta que mientras estoy siendo feliz con Justin no recuerdo eso a menos que busque recordarlo, si puedo olvidar las cosas malas y eso me dio una esperanza de poder superar lo que había pasado. Me acerqué a Justin y con una de mis manos en su cuello comencé a besarlo, él correspondió a mi beso y noté una sonrisa en sus labios mientras lo besaba, luego de varios segundos besándonos él se alejó de mi y de puso de pié rápidamente sosteniéndome para que me pusiera de pie también, cuando estábamos frente a frente me cargó en sus brazos como a un bebé y comenzó a girar sonriendo.

-Te condenaste Jessica, te dije que tendrías que regresar conmigo a Los Ángeles y no dejaría que te alejaras jamás de mi lado -dijo mientras giraba y yo gritaba que se detuviera. Lo hizo luego de varias vueltas y me volvió a dejar en el sofá.
-Lo sé -sonreí ampliamente-.Quiero condenarme contigo. Eres tan malditamente necesario para mi vida que ya no puedo hacer nada más, te juro que el tiempo que estuve sin ti fue como estar muerta en vida -dije sincera-. Y debo confesar que cuando decidí venir aquí quizá era para saber si me amabas lo suficiente como para venir por mí -suspiré mientras lo miraba y él sonreía.
-Jamás hubiera dejado que me abandonaras así, te amo y quiero estar toda la vida contigo, lo entiendes? -me besó la frente cuando lo dijo.
-Lo entiendo y yo también Justin, te amo y quiero estar toda la vida contigo -dije con una sonrisa.
-No puedo creer que por fin lo dijiste -sonrió-. No sabes lo feliz que me has hecho.
-Tú tampoco sabes lo feliz que me hace que hayas venido hasta aquí por mi -sonreí-, estamos a mano. Te repito que todo lo que dije fue por nerviosismo, soy una tonta pero te amo.

Justin me abrazó en silencio y estuvimos varios minutos abrazados, me sentía feliz y satisfecha de tenerlo conmigo.

-Jess- se alejó un poco para mirarme-, tengo que preguntarte algo.
-Pregúntame lo que quieras -dije de inmediato.
-Viniste aquí por alguna otra razón que yo no sepa? -preguntó mirándome a los ojos.
-No, a que va esa pregunta? -lo miré extrañada.
-Me mata la intriga de saber si es que viniste aquí por alguna confusión que te provocó la visita de Lucas -me habló con seriedad y noté su preocupación.
-No -reí-, no me provocó ninguna confusión, nada y él ni si quiera sabe que estoy aquí.
-Me das un gran alivio -sonrió un poco-, me estaba muriendo de celos -ambos reímos.
-Te puedo decir algo? -me miró sonriendo.
-Claro -dije de inmediato.
-Me estoy muriendo de hambre -soltó una carcajada.
-Te voy a preparar algo -reí.

Me puse de pie de inmediato y él nuevamente sostuvo mi mano, lo miré extrañada y me dio un pequeño beso y luego sonrió, ahí soltó mi mano y caminé hacia la cocina a prepararle algo. Nos ubicamos en la mesa y lo acompañé mientras comía, hablamos un poco, él me contó como había sido todo cuando supo lo de mi viaje y en eso se los fue el tiempo, Ely llegó y se fue directo a su habitación diciéndonos que Justin podía quedarse, eso era bueno, aunque aún no hablábamos sobre cuando volveríamos a Los Ángeles. Quizá sería bueno recorrer un poco de París antes de volver.

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Who will fall in love? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora