Capítulo 45: Ya no es un juego

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Película romántica, comedia, acción o ficción?, era la gran pregunta que teníamos y al ver la lista no podíamos solucionar la duda. Vi en cartelera una película que mi hermana me había mencionado mucho pero no estaba segura de escoger esa, Cazadores de sombras, romanticismo acción y ficción. Recordé entre risas en mi cabeza cuando Isabella me había dicho que en aquella película a los protagonistas les hacían creer que eran hermanos y ellos estaban enamorados, me dijo que yo no soy hermana de Justin y quiero verlo como tal, reí en mi interior por eso y le dije que viéramos esa, aceptó de inmediato. No pude evitar pensar en las teleseries en donde cuando tenían una cita e iban al cine a las personas les costaba mucho poder abrazarse, a mi no me hubiera costado normalmente si no fuera porque pensé nuevamente “estamos en una cita”, reí en mi interior y él levantó lo que separaba los asientos, no dudó en aceptarme en su pecho mientras comenzaba la película. A cada momento me repetía susurrando en mi oído “no lo mires, no te enamores de él” y yo solo reía de eso, en ocasiones el protagonista era mostrado sin camiseta y Justin volvía a susurrar a mi oído “no quiero parecer arrogante, pero mi cuerpo está mejor trabajado que ese”, eso provocó más risa aún en mi. Pero llegó el momento que Isa más amaba de aquella película, la parte romántica en que los protagonistas se besaban de una forma tierna y no puedo negar que eso me provocó cierta incomodidad, miré a Justin y también lo noté incómodo, en un momentos nuestras miradas estaban fijas el uno en el otro y él solo me besó la mejilla y acarició mi mentón, la yema de sus dedos recorrieron mis labios y sentí que mi estómago daba vuelcos. Lo miré a los ojos y no pude evitar acercarme a su boca, mis labios se posaron en los suyos y noté que comenzaba a temblar, lo besé, lo besé y él me besó, no fue como los besos anteriores que nos habíamos dado, ahora yo sabía que él estaba enamorado de mí, ya no es un juego, yo lo sabía y aún así lo besé y no me arrepentí de eso.

Salimos del cine con una mezcla de todo un poco, no sabía si hablar de la película o del beso que nos habíamos dado, Justin sonreía e intentaba estar como si nada pasó, noté que lo hacía por mí y comentó la película. Justin me dejó en una banca esperándolo porque dijo que necesitaba hacer algo, no quise pensar que cosa, ya no quería arruinar sus planes, si quería sorprenderme estaba bien que lo hiciera, me gustaba. Regreso rápido, tardó solo unos minutos y comenzamos a dar vueltas por el centro comercial, encontramos una cabina de fotografías instantáneas y Justin insistió en entrar. 3, 2, 1 primera foto solo sonriendo, 3, 2, 1 segunda foto haciendo muecas, 3, 2, 1 tercera foto lengua afuera, 3, 2, 1 cuarta foto formando un corazón con una mano cada uno, 3, 2, 1 quinta foto guiñando el ojo, 3, 2, 1 sexta y última foto en donde Justin me tomó el rostro con ambas manos y presionó sus labios con los míos.

-Eso no lo esperaba –susurré entre risas.

-Me gusta darte las cosas cuando no las esperas –dijo sin mirarme, estaba esperando la revelación de nuestras fotos.

Me quedé sentada en la cabina de fotografías aún mientras él veía las fotos sonriendo, mirar su sonrisa era tan perfecto, pensé en lo que había hablado con Karen e Isa, realmente no sé si soportaría verlo con una novia, pero no sé si eso significa que yo quisiera ser esa novia.

-Qué esperas?, ya tenemos que ir a otro lugar –dijo sosteniendo mi mano y haciendo que lo siguiera.

-A dónde vamos ahora?

-Dejarás de preguntarlo en algún momento? –sonrió y sus pómulos parecían más prominentes.

-Ok, lo dejaré de hacer –reí.

-Solo necesito hacer una llamada, no te muevas.

Solo reí de eso y me quedé inmóvil mientras él se alejó un poco de mí y habló por unos 3 minutos, luego caminamos a la salida del centro comercial con nuestras manos entrelazadas, al visualizar el auto desde lejos vi a un chico de pié junto al auto y miré a Justin, él no pareció extrañarse y supe porque cuando llegamos ahí. El chico tenía a su lado un peluche gigante que se lo entregó a Justin y se fue con una sonrisa, miré a Justin y sentí mis mejillas arder.

-Espero que le pongas un nombre divertido, como en las películas. Pensé en regalarte un perro, pero generalmente las mujeres cuando se enojan con la persona que se los regaló luego no tratan bien al pobre perrito –dijo riendo y acercó el enorme peluche a mí, un osito que entre sus manos tenía un enorme corazón que decía “Te amo”, jamás esperé esa ternura por parte de Justin hacia mí, hace unos días me negaba totalmente que yo pusiera gustarle y ahora parecía que quisiera gritarme a los cuatro vientos “te amo”.

-Un nombre divertido?, lo pensaré un poco –reí.

Justin dejó el peluche en el asiento trasero de su auto y nosotros nos sentamos, solo unos minutos más de camino en donde subimos lo que parecía ser un cerro, no mucho pero sentí que estábamos a algo de altura, la noche ya había caído y desde ahí se veían más las estrellas brillando en el cielo. Se estacionó en un lugar habilitado y noté que si era un cerro.

-Espero que te guste una cena a la luz de la noche –me dijo mientras sostenía mi mano y entrelazaba sus dedos cuando bajamos del auto y comenzamos a caminar hacia un lugar que se iluminaba entre la oscuridad.

-A la luz de la noche? –le pregunté con una sonrisa.

-Ya lo verás.

-De dónde sacaste éste lugar?

-Es un dato de Ryan –rió mientras caminábamos.

Entramos al lugar, parecía un restaurant común a primera vista, Justin se acercó a lo que parecía un mesón de informaciones y luego uno de los garzones nos indicó que lo siguiéramos, subimos una escalera de madera muy bonita, el segundo piso seguía siendo un restaurant común, aún no entendía lo de “la luz de la noche”, hasta que llegamos al tercero piso, en realidad eso no era un piso, era la terraza del lugar, solo con una mesa en medio para dos personas, tenía velas en ella y estaba todo rodeado de pétalos de rosas, el garzón nos dio la bienvenida y nos sentamos, eso sí era la luz de la noche, veíamos el cielo estrellado y solo nos iluminaba la luz de la luna y un poco las velas.

-Esto es tan hermoso –le dije mientras estábamos esperando que un garzón trajera nuestro pedido-. Haz hecho de éste día algo perfecto –lo miré a los ojos.

-Solo quería darte una buena primera cita y tratar de demostrarte que ya no es un juego, para mí nunca lo fue pero para ti –su tono de voz demostró tranquilidad.

-Te aseguro que ya lo sé.

-Me darás el honor de que existe una segunda cita? –dijo con una sonrisa que dejaba ver sus dientes.

-Ya no sé si el honor será tuyo o mío, pero te la ganaste Bieber –sonreí.

-Salud por eso –sonrió alzando una de las copas que estaban sobre la mesa con un líquido que supuse que era champagne o algo así.

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Who will fall in love? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora