Generación trío de oro.
Harry:
Andabas caminando completamente despistada por el tren hasta que descubriste un vagon en el que solo habían dos chicos, llamaste a la puerta y seguido la abriste encontrandote con la cara de unos niños mirandote extrañados.
—¿Puedo sentarme con vosotros? —Noté que mi voz salió entrecortada y a un nivel bajo, tenía vergüenza de estar delante de aquel pelirrojo y el chico de pelo azabache.
—Claro que sí. —Me dedicó una timida sonrisa el mago con gafas y pelo azabache.
—¿A qué casa quieres pertenecer? —Esta vez habló el pelirrojo, suponía que era un Weasley porque mi madre me había hablado de ellos.
—Gryffindor. ¿Y vosotros?
Ron:
Su rata, Scrabble había llegado a tus manos. No sabías como ni porque, pero si sabías a quien pertenecía por lo que rápidamente fuiste a devolversela al pelirrojo.
Hermione:
Un día, te encontrabas paseando camino a la biblioteca sin fijarte por donde caminabas, en una de esas. Chocaste con un hombro, haciendo que a esa persona se le cayeran todos los libros. Te miró desde el suelo al ver que tú no decías nada.
Pero, preferiste no decir nada y simplemente agacharte para ayudar a aquella chica con los libros.
Draco:
Sangre sucia, escuchaste la voz de los amigos de Draco Malfoy que siemple solían meterse contigo de aquella manera. Ser una sangre sucia no tenía porque ser considerada malo. Pero, aquellos retrasajos sin neuronas no lo entendían, preferían pensar que eras de una clase más baja.
Notaste como Draco te miraba ladeando la cabeza, él no te conocía ya que nunca se había fijado en ti pero tú si que lo conocías, perfectamente.
Fred y George:
Los conociste porque ellos gastaron una broma que te acabó afectando más de lo que esperaban. Aunque, aquella era su manera de llamar tu atención y que te fijaras en ellos.
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One-Shots.
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