One-Shots.

Tony Stark.

— Tony Stark x Pepper Pots.

Advertencia; demasiada termura.

—¿Tony? —Grité, mi maldito prometido siempre estaba perdiendose por aquella dichosa mansión, y probablemente estuviera haciendo cualquier cosa con sus estupidos trajes. El problema estaba en que no encontraba a Sarah. Pero, mantenía la calma porque, vamos, la mansión técnicamente tenía vida propia gracias Tony.

No escuché ningún ruido, por lo que subí directamente al piso de arriba, no iba a parar hasta encontrar a aquel hombre con alma de adolescente. Incluso después de tantisimos años viviendo juntos y él prometiendo que iba a madurar.

La escena que encontré ante mis ojos me sorprendió, pero no llegó a molestarme. Me fijé en Tony, con Sarah en su pecho y ambos durmiendo bocarriba. Aquella escena era digna de una pelicula únicamente para él, por ser a veces tan descuidado y otras veces un padre tan maravilloso.

—Tony... —Lo llamé, notando como la pequeña Sarah que había sido creación de ambos y de un poquito de amor, a parte de muchisimas noches de pasión; se removía encima del pecho de su padre igual que hacía 5 años.— Ven con mamá, pequeñaja. —Murmuré, y rápidamente cogí a mi hija en mis brazos. Al instante noté como esta se acurrucaba en mi pecho y continuaba durmiendo.

Me encaminé hacia la puerta, no iba a despertar a Tony, ambos sabiamos que él era el que más necesitaba dormir pues sus creaciones le quitaban muchisimo tiempo y, aún más por la guerra que estaba teniendo lugar del Capitán America contra él. Y, justamente cuando iba a salir por la puerta escuché como Tony se levantaba de un salto.

—Pepper, ¿dónde está Sarah? —Su tono de voz, causó que me riera y me girará para mirarlo, notando como nuestra hija se despertaba por la vibración que mi cuerpo producía.— Ahí estás, pequeñaja...

—Pa... pa. —Murmuró Sarah, frotandose los ojos lo que causó que Tony se acercara a nosotras y la cogiera en brazos.

Menos mal que nunca había sido celosa, y menos mal que quería más a mi hija que al propio Tony Stark, si no...