One-Shots.

Dramione.

Dedicado a;

Sentí un peso encima de mi cuerpo, y a mi lado a aquel chico quejandose porque probablemente otro de nuestros hijos se había lanzado encima de él. A duras penas, conseguí abrir los ojos para observar a aquellas fieras.

-¡Rachel, mamá ya está despierta! -Escuché la voz de mi pequeño favorito, el cuál se encontraba encima de mí. La otra niña, Rachel se giró para observarme al oir aquellas palabras.

-¡Mamiii! -Su voz inocente salió, y esta también se lanzó encima de mí, haciendo que su pelo rubio chocara en mi cara.

Era la bruja más feliz del mundo, ellos dos habían sido mi salvación, eran lo que me mantenía viva después de aquella guerra contra Voldemort. Y tengo que admitir que las pesadillas durante aquellos tiempo fueron duras, sentía que no podía avanzar. Hasta que un día...

-Chicos, dejad a mamá... Ahora vamos a haceros el desayuno. -Escuché la voz de aquel rubio-platino interrumpiendo mis pensamientos.

Hasta que un día, apareció él, disculpandose por todo lo que había hecho. Intentando arreglar sus fallos y haciendonos saber que, por mucho que la gente ahora lo odiaba, a él no le importaba si conseguía que nosotros nos olvidaramos de su fallo.

Y, allí nos encontrabamos, en nuestra cama, después de 2 años de haber empezado con aquella rutina. Después de 2 años que nacieron nuestros mellizos favoritos. Pero aún así, sentiamos como si el tiempo hubiese sido menos. Porque, toda mi adolescencia la pasé con el chico que me despreciaba y ahora me ama.