Peter Hale. | Joven.

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—Peter me ha dicho que debo dejar a Paige... —Escuché la voz de Derek interrumpiendo mi sesión de escritura para el periódico del instituto.

—¿Dónde está la gracia si dejas que los demás definan quien eres? Jodida mierda Derek, deberías entender que no siempre la gente va a querer que triunfes, muchos querrán que fracases sin haberlo intentado. Y tú, vas y decides hacerle caso a alguien a quien lo único que se le da bien es intentar que tu vida sea tal y como él quiere. —Hablé mientras la voz me salía notando como la ira empezaba a hacerse presente en mi cuerpo. Era desquiciante que el único propósito de alguien fuera joder a quien se sentía capaz.

—No debería hacerlo pero, no conozco otra manera de vivir. Él es de mi familia, se supone que tendría que querer lo mejor para mí. —Noté como hacía una mueca, quizás estaba siendo muy dura, pero el pobre Derek no se merecía nada de lo que Peter Hale le hacía.

Mordisquee mi labio inferior antes de soltar un suspiro y desordenarme el pelo, a la mierda la paciencia que estaba teniendo con su tío, ese gilipollas se iba a ver las caras conmigo.

[...]

—¿Tú? Voy a empezar a pensar qu... —No le dejé terminar, mi puño ya se había estampado contra la mandíbula de Peter, delante de todo el maldito instituto de Beacon Hills. Y se lo tenía más que merecido.— ¿Qué mierda crees que haces?

—¡Pudrete Hale! —Le sonreí de manera cínica, antes de salir de aquel lugar y dirigirme hacía donde Derek me esperaba para acompañarme a mí casa, como todos los días. Lo que yo no esperaba era que Peter, el mismo Peter que jodía a todo el mundo me cogiera del brazo y me hiciera darme media vuelta, uniendo sus labios con los míos en un salvaje beso, que rápidamente cesé apartándome. — No sé quien te crees que eres, pero no te me vuelvas a acercar a no ser que sea porque Derek está en peligro.

Y con esas palabras retomé mi camino, dejando a Peter atrás y haciendo que Derek se riera de la reacción que su tío había tenido ante mis actos.

[...]

—Nena, necesito tu ayuda. —Habló el menor de los Hale cuando cogí el teléfono, haciendo que un gruñido saliera de mis labios.

Aquel ‘necesito tu ayuda’ no sonaba bien.

[...]

—Así que el coyote vuelve con el rabo entre las piernas... —Sonreí cuando escuché eso, jodido Peter y su humor de mierda.

—Ya sabes, los chicos malos atraen a todas las chicas.

Pero, lo que yo no sabía y que tiempo después supe es que, Peter Hale estaba jodidamente enamorado de mí, todo lo que hacía era su manera de llamar mi atención. Y, si llegabas a conocerlo, ese Peter adolescente era el mejor de todos los Peters que sería.

One-Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora