One-Shots.

draco malfoy.

quién dijo que ser una slytherin era algo sencillo, que era divertido y que tenías que ser un demonio. porque me cago en la persona que dijera aquello y probablemente lo haga todos los días de mi vida.

último año, no quedaba nada para acabar aquello y ser libre de una vez.
observé como todos empezaron a cuchichear, lo que me hizo arrugar la nariz.
odiaba a la gente cotilla pero, lo peor es que yo era una de esas personas. sin embargo, yo trataba de mantenerlo discretamente, esta gente tenía taaaanto que aprender.

—¡ha vuelto! —escuché de la boca de uno de los gryffindor.

estabamos todos en el gran comedor, esperando la cena, qué podía alterar tantísimo a esta gente.

—¡sí, era él! ¡estoy segura! —salió de los labios de megara, haciendo que me girara para mirarla con curiosidad.

—¿él quién? —le pregunté, sin poder aguantarlo más.

—draco, draco malfoy. —todo el mundo en nuestra mesa se quedó en silencio, incluyéndome.

me había sentido tan mal cuando lo había visto en la batalla final, en la guerra que había sucedido en la entrada de hogwarts. porque sabía que draco era vengativo, reservado y bastante manipulador pero, en aquellos momentos mi corazón se desgarró viéndolo caminar hasta el lado de sus padres junto a voldemort. nunca había imaginado que él habría sido de ayuda en aquella guerra.

—¿kiara? —alcé la cabeza ante el llamado de megara, volviendo a la realidad.— ¿estás bien?

—sí, no te preocupes. —le dedique una pequeña sonrisa antes de levantarme y marcharme hacía la sala común. no estaba preparada para ver a draco.

en el momento en el que dije las palabras y entré pude verlo, allí, sentado frente a una de las ventanas mirando las profundidades del lago.
caminé en dirección a las habitaciones, tratando de evitar tener que decirle nada.

—¿kiara? —su voz sonó desgarradora, y me quedé en el sitio quieta, esperando que continuara.— ¿estás bien?

asentí con la cabeza, sin decirle nada más para continuar con mi camino. si todo esto era difícil para mí no pude imaginarme cómo sería para él, y aquel pensamiento me dio un pinchazo en el corazón.

me giré y caminé hasta él, que se encontraba dándome la espalda. deje escapar un suspiro antes de poner mi mano en su hombro y darle un suave apretón.

—gracias. —salió de sus labios como un susurro.

—¿por qué?

—pensaba que tú serías la que más me odiara. —explicó, apoyando su cabeza en mi mano.

—no te logro entender, draco. pero... no pienso dejarte pasar por todo esto solo, porque no te lo mereces. nadie lo hace.

—eres demasiado buena con alguien tan... despreciable como yo.

—no te atrevas a hablar así de ti, malfoy. nunca más.

—no me llames malfoy, por favor. —pidió, y pude sentir el dolor en su voz.