Importante: leer el último os de Patch. Ya que es la continuación.
Observé el reloj, podía escuchar a Nora y a Vee hablar desde mi mesa, y aquello hacía que me doliera bastante la cabeza. Me caía bien, pero... cuando se juntaban eran tan insoportables.
—Buenos días, estas igual de simpática que el día. —Se sentó Matt a mi lado, lo que me hizo suspirar.
—Tú igual de pesado que siempre, fuera. —Contesté, apartando mi mirada de él para pasarla a la libreta donde estaban mis apuntes.
—Venga ya...
—Te ha dicho fuera, ¿qué es lo que no has entendido? —Alcé la mirada para encontrarme con la presencia de Patch. Era tan intimidante a veces, pero estaba segura de que era por la incógnita de quién era, de donde venía.
Matt no dudó en levantarse, y pasar por su lado dandole un empujón en el hombro que no movió a Patch de su sitio.
—Eh Patch, ven un segundo. —Lo llamó Vee, haciendo que yo las observara y Patch girara su cabeza para mirarlas. No dudó en acudir, como si fuera algo que realmente quisiera, pero su actitud demostraba todo lo contrario.
Rodé los ojos y observé como el entrenador entraba con la puerta, cerrándola detrás.— A vuestros sitios. Voy a devolveros vuestros trabajos de hace unas semanas, el plan de hoy es ver si algo ha cambiado.
—Oh vaya, Heather. Cuanto tiempo. —Habló Patch, irónicamente mientras se sentaba a mi lado.
—Pensaba que tenía suerte y habías dejado el instituto, pero tus veinticuatro años te lo impiden, ¿no? —Insinué, llevaba sin verlo desde que habíamos entregado el trabajo, y ni siquiera sabía su edad pero no iba a dejarme intimidar por él.
—Estás muy agresiva, ¿hay algo que te moleste?
Me mordí la lengua, no iba a hablar de más, simplemente me levanté para coger nuestros trabajos y dejé el suyo en su mesa mientras observaba el mío. No quería saber nada más de Patch.— Yo rellenaré el tuyo con lapiz, y tú lo harás con el mío.
—Oh no. Tenemos que hablar, tener una buena comunicación, una fluida. —Me guiñó un ojo, lo que hizo que suspirara, este chico iba a acabar con mi paciencia.— Dime algo, Heather, ¿por qué me tienes tanta rabia?
—No me gusta como eres, vas de misterioso, te acercas únicamente a chicas, y nadie sabe nada de ti. Ah, y por si fuera poco, me enteré de que Nora y Vee buscaron tu expediente, sin encontrar nada. —Enumeré, en voz baja aun que nadie más se iba a enterar de ello debido a que todos estaban a sus cosas.
—Me gustas, Heath. Me pareces atractiva, y eso puede joderlo todo.
—¿Todo?
Ví una pequeña sonrisa en sus labios y asintió con la cabeza.— No puedo decirte mucho más, sólo espero que cuando todo esto acabe sigas aquí, pueda encontrarte y contártelo todo. Sin secretos.
—¿De qué estás hablando Patch?
—Eres inteligente, atarás cabos. Pero, no puedo permitir que te pongas en riesgo por mí.
—Nunca haría eso. —Crucé mis brazos, sin apartar mi mirada de la de él.
—¿Estás segura? —El alzó una ceja, lo que me hizo dudar bastante. En general solían decir que yo tenía un carácter justiciero, que no dudaba en hacer lo correcto. Y quizá él tenía razón pero no podía aceptarlo.— Aprenderemos a trabajar los celos cuando vuelva a tu lado... De mientras, escríbeme tu número.
Me ofreció su móvil y lo observé durante unos segundos para después teclear mi número de teléfono sin dudarlo, cuando acabé y se lo devolví pude notar una vibración en el bolsillo donde se encontraba mi móvil.
—No me eches de menos, estoy a un mensaje de distancia. —Se levantó de su silla y justo en ese momento sonó el timbre, observé las hojas. Ambas estaban escritas con algunas correcciones. Él había hecho todo eso.
Dejé el rabajo en la mesa del entrenador y salí con mi teléfono en la mano.
"Idiota, gracias por acabar el trabajo".
"Estabas demasiado dispersa, me debes una ;)"
Quizá Patch Cipriano no era tan mal chico como yo me empeñaba en pensar.
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One-Shots.
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