One-Shots.

Brett Talbot.

En relación con el one-shot anterior.

Cada sensación, cada paso y cada momento que sentía en su cuerpo era algo digno de un pequeño suspiro. Pero, aquello no era lo único que sentía o en lo que pensaba en aquellos momentos. Quería saber y tener todo lo que anhelaba desde hacía tiempo que era una persona; Brett Talbot.

Y por ello me encontraba en Beacon Hills, dispuesta a arrasar con todo lo que se pusiera en mi camino en cuanto a él se refiriera. Cuando estuve delante de la puerta, solté un suspiro. Había estado allí hacia unos meses, justo antes de que su cuerpo decidiera aceptar el mordisco de su supuesto alpha, con el cuál no había perdido contacto. Y el cuál se había encargado de encubrirla en cuanto a donde se encontraba se trataba.

Al pasar por la puerta, la gente empezó a murmurar, era ella. Era la supuesta "muerta", la ex novia del jugador ahora más famoso del instituto —el cual se había cambiado en cuanto ella desapareció—. Y ahora estaba allí, frente a todos ellos.

—¡Tú! —Escuché un grito, y en ese momento, Stiles Stilinski, mi hermano corrió hacia mí. Él también sabía algo, aun que no lo sabía todo. Pero, se suponía que yo iba a esperar un tiempo más para aparecer delante de todo el mundo.

—Lo sé, y lo siento. Pero si no aparecía hoy, me iba a morir encerrada. —Susurré, antes de continuar caminando hacia secretaria, había perdido mi horario así que, esperaba que me pudieran dar otro.

Antes de llegar, me encontré con su mirada, allí estaba Brett. Observándome como si fuera irreal, como si todo aquello hubiese sido una mentira y solo fuera una jugada de su mente. Pero, lo que no me esperaba es que, cuando yo le sonreí él me esquivó la mirada, de una manera en la que me sentí dolida a más no poder.

Sin embargo lo dejé pasar.

Y así fue hasta que llegó el final de la última clase, yo ya no era la novedad, pasaban cosas raras, y nadie sabía por qué. Así que, estaba agradecida, en cuanto salí por la puerta, una mano me cogió de la muñeca y tiró de mí en dirección a un coche. Por el olor supe que era él. Quería hablar conmigo. De igual modo que yo con él.

—No hables. —Fue lo primero que dijo, de manera totalmente serio, por lo que yo un tanto a regañadientes acepté. — No sé dónde estabas, y tampoco me interesa, pero te fuiste así que, tu turno ya ha pasado. Stilinski, no quiero saber nada de ti.

Y antes de que pudiera hacer o decir nada, ya se había subido en su coche y había arrancado, dejándome completamente sola con mi mente, la cual había decidido empezar a torturarme.

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Acordaos que necesito que comentéis mucho para seguir actualizando.

Ah, y del personaje que más comenteis, será el siguiente one-shot.