Tres días, hacía tan solo tres días que habíamos llegado a Hogwarts y yo ya tenía detectados cuales iban a ser mis posibles crushes.
Estar en Slytherin cerraba muchísimas puertas ante las demás casas ya que, éramos los malos de la película, la casa en la que no podías confiar o acabarían por hacerte algún daño. Y por no hablar de los supuestos magos y brujas que no provenían de ningún mago anteriormente.—Eh, Anna, ¿vienes?
Abrí mi boca ante la propuesta de Draco, pero en cuestión de segundos y sin haberle respondido ya estaba siguiendo sus pasos como si aquello fuera lo único que podía hacer.
Draco Malfoy, mi primer crush, a pesar de en el poco tiempo que llevamos haber visto el carácter de mierda que tenía ante los demás.—Te doy una rana de chocolate a cambio de tus pensamientos. —Salió de los labios de Draco, el cual mantenía su mirada al frente.
—Oh no, tienes que mejorar aún más esa oferta, Draco.
—Bien, una rana y te ayudo en cualquier clase que necesites. —Propuso, dándome un suave codazo que trataba de pasar en incógnito y que nadie nos hubiese visto.
—Mh, tendré que pensármelo...
—Oh no, esta oferta caduca en una hora.
Asentí con la cabeza mientras entrábamos en clase, iba a sentarme en mí sitio de normal pero, una mano tiró de mí hacía un asiento y cuando alce la cabeza para mirar quien era pude ver a Goyle invitándome a sentarme a su lado, acabando yo por acceder con una sonrisa en los labios.
—Anna, ¿me ayudas después a estudiar?
—Claro, Goyl. ¿En la biblioteca? —Le pregunté y justo en ese momento entró Snape por la puerta, con su característico humor.
A tan sólo unos metros pude ver a Draco mirarme con una ceja alzada, a lo que yo le respondí alzando una de las mías también.
Lo siguiente que vi fue como él venía a la mesa conmigo, y con sólo un movimiento Goyle ya estaba en la mesa en la que anteriormente el platino estaba.—¿Tú...? —Susurré sin saber muy bien que decirle.
—Es por tu bien, ayer casi sale volando la clase entera por un par de ingredientes mal.
Mientras hablaba yo observaba su rostro con una sonrisa, ¿quizá estaba celoso? Probablemente no, sólo eran imaginaciones mías...
—¿Te preocupas por mí? —Le pregunté, al darme cuenta de sus palabras.
—Eres mi amiga, ¿no?
Aquellas palabras dejaron mis labios entreabiertos, mientras él simplemente observaba a Snape explicar lo que íbamos a realizar aquel día.
Me pasé toda la clase dejando que él hiciera, pociones se le daba de maravilla y parecía muy orgulloso de poder dar a conocer aquello. Y al acabar la clase me quedé recogiendo mientras todo el mundo salía de manera apresurada pero, él no lo hizo. Draco se mantuvo a mi lado, a pesar de que sus cosas ya estaban recogidas y todo estaba bajo control en su zona.
No comenté nada, cuando acabé le dí un suave tirón a su túnica y él rodó los ojos divertido. Sin saber porqué, capturé su mano entre la mía y empecé a caminar junto a él así.
Mi cuerpo era un maldito flan, pero él tampoco hacía ningún gesto que indicara que iba a soltarse y dejarme allí tirada.Caminamos así hasta la sala común, y fue entonces cuando su mano se libró de la mía al ver como la gente empezaba a aparecer ante nuestros ojos.
—¿D... —No pude acabar la frase, ya que al momento él estaba huyendo en dirección a su habitación. Gilipollas.
—¿Anna? ¿Ibas de la mano de Malfoy? —Preguntó una de las chicas que estaba allí sentadas y había observado todo.
—No, te lo tienes que haber imaginado.
Los siguientes días los pasé lejos de Crabble y Draco, sin embargo Goyle se mantenía a mi lado muchísimas veces. No entendía que había hecho mal para que actuara de aquella forma, pero tampoco iba a decirle yo lo contrario.
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Aquí Yariuh al habla... ¿Queréis la continuación?
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One-Shots.
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