Ranma ½ no me pertenece.
Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.
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Fantasy Fiction Estudios presenta
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El año de la felicidad
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Deseos ocultos de un corazón ardiente
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Nabiki Tendo llegó de la escuela directo a su habitación, cerró la puerta con cuidado y dejó su maletín encima de la cama. Luego hizo el repaso habitual. Se pasó la mano por su corta melena aparentando distracción, pero en realidad se fijaba a través de la ventana si alguien la observaba desde el exterior. En esa casa nunca faltaban los chismosos y los artistas marciales saltando de techo en techo teniendo una vista privilegiada de todos los secretos de su alcoba. Al comprobar que no había nadie espiando desde ningún ángulo se acercó a la ventana y se apoyó en el marco como si estuviera disfrutando de la brisa que entraba en el cuarto, pero lo que hizo fue mirar hacia afuera estirando el cuello, verificando que tampoco hubiera nadie colgado del alféizar esperando el momento propicio para lanzarse contra ella y conocer sus secretos.
El patio de la casa estaba solitario. Ranma y Akane se gritaban en algún lugar lejano, quizá en el dojo. No se veía al panda ni tampoco a su padre por ninguna parte y el maestro Happosai no había vuelto a la casa en días, pero no por eso había que relajarse. Nabiki cerró la ventana lentamente, después cerró las cortinas.
Terminó comprobando que no hubiera cámaras ni micrófonos ocultos en ningún rincón. Ella era experta en ese ámbito, había dejado varios vericuetos en su habitación a propósito, para que si alguien quisiera ponerle cámaras o micrófonos cayera en la trampa de dejarlos allí, y ella los encontraría de inmediato. Movió la planta que había en una esquina del escritorio, revisó el desnivel de la puerta del armario que dejaba una delgada abertura por la que una cámara podría perfectamente grabar las escenas más suculentas.
No había nada. Nabiki se sintió conforme. Deslizó hacia atrás la silla de su escritorio y se sentó, abrió un libro de texto de la escuela y se puso a leerlo durante unos minutos. Sus ojos se movían por la hoja imitando el natural ritmo de la lectura, pero ella simplemente contaba segundos en su mente. Si alguien —por azar, porque ella no había sido lo suficientemente exhaustiva buscando recovecos ocultos o agujeros por los que mirar— la espiara en ese momento pensaría que simplemente se había encerrado a estudiar y luego se aburrirían y se irían.
Todas sus precauciones no eran en vano si servían para proteger su secreto más íntimo.
Dejando el libro abierto sobre el escritorio, se inclinó un poco para deslizar uno de los cajones a su derecha y metió la mano hurgando hacia el fondo, que en realidad era un fondo falso. Usó los dedos para destrabar un mecanismo que soltaba la madera del cajón revelando el lugar oculto. Metió un poco más el brazo y alcanzó la caja de metal que guardaba su secreto. La aferró con fuerza y la sacó del cajón, dejándola sobre el libro de texto que estaba abierto ante ella.
La caja de metal era común y corriente, podía pasar por un viejo joyero o por una caja para guardar souvenirs como entradas de cine o envoltorios de chocolate. La única diferencia es que tenía dos candados. Antes de intentar abrirlos, Nabiki miró hacia un lado y hacia el otro, incluso se dio la vuelta y echó una mirada por sobre su hombro. Nunca se sabía y era mucho más fácil prevenir que lamentar, porque si se daba el caso de que alguien supiera... No, no quería ni pensarlo, tendría que mudarse de país o asesinar a todos los implicados.
Discretamente Nabiki se levantó un poco el dobladillo de la falda y palpó la tela, hasta dar con la llave que tenía escondida en la costura. Usando una pequeña tijerita cortó los hilos y extrajo la llave, abriendo el primer candado. Cuando lo sacó, lo tiró a la basura junto con la llave; siempre los reemplazaba cada vez que abría la caja, no podía fiarse de nada, ¡no podía dejar nada al azar!
La llave para el segundo candado la tenía colgando de la agarradera de su maletín del colegio. Usada como un simple adorno no levantaría sospechas y nadie se imaginaría nunca que un arma tan letal para lograr destruir a la gran Nabiki Tendo se encontraba a la vista de todos.
Tomó la llave y abrió el segundo candado, tirándolo también a la basura junto con la llave. Procedió entonces, con gran velocidad y dedos ágiles, a sacar el contenido de la caja y dejarlo encima de su libro de la escuela. Tenía tanta práctica haciendo aquello que incluso si alguien la estuviera mirando, nunca habría logrado ver lo que Nabiki Tendo ocultaba en la caja de metal. De inmediato se echó hacia adelante, para cubrir de cualquier ángulo donde pudiera haber miradas indiscretas el valioso contenido de la caja. Sus mejillas se sonrojaron, sus labios temblaron entreabiertos y sus ojos brillaron con presuntas lágrimas, ¿de dicha o pena? Es imposible saberlo. Cerrando los brazos alrededor como paredes protectoras, con su cabello haciendo sombra para que nada de lo que allí escondía saliera a la luz, Nabiki se dedicó a gozar abiertamente de aquel, su más escondido secreto, el que podría dejarla al descubierto ante los demás si alguien llegaba a enterarse apenas de una mínima parte de ello.
Nabiki construyó una fortaleza con su cuerpo, incluso si nos asomáramos por sobre su hombro no podríamos llegar a ver lo que ocultaba.
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FIN
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Nota de autora: ¿Cuál creen ustedes que es el gran secreto de Nabiki Tendo?
Gracias a todos los que me leen y siempre me apoyan, me hacen muy feliz con todos sus comentarios y sus reflexiones.
Nos vemos mañana.
Romina
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El año de la felicidad parte 2 (capítulos 201 en adelante)
FanfictionUn fic al día durante un año. Romance, drama, terror, tragedia, lemon, acción y aventura. Todos los personajes de Ranma ½. Ranma & Akane. Fanfics de Ranma 1/2. - Capítulos del 201 en adelante. COMPLETO.