El año de la felicidad parte 2 (capítulos 201 en adelante)

Distinto

Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Distinto

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Akane terminó de pasarse el cepillo por su corto cabello y se observó ante el espejo, tocándose las puntas de los mechones con los dedos. De vez en cuando extrañaba la época en que lo había llevado largo, habían sido casi dos años de resistirse a cortarlo solo para tenerlo del largo deseado, el largo que buscaba solo... para él. Pestañeó recordando al doctor Tofú y su fascinación por él cuando era una niña, y luego ese apasionado sentimiento platónico cuando ya se había convertido en toda una muchachita, y como tal solo intentaba hacer cosas para llamar la atención del chico que le gustaba. Pero él ni siquiera la miraba, no importaba cuan largo fuera su cabello o lo bien que se lo peinara.

Ella sonrió. Aquello ya no le dolía, hacía tiempo que se había transformado en un dulce recuerdo de su adolescencia, su vida había cambiado por completo desde entonces y no se arrepentía ni se disgustaba por lo que no pudo ser, aunque sí se preguntaba cómo hubiera sido todo si las cosas fueran distintas.

Volvió a observarse con detalle en el espejo, mirando sus ojos color canela, brillantes y atentos, y sus mejillas sonrosadas por el rubor que había aplicado. Inclinó la cabeza a un lado, estudiándose. Le faltaba un detalle. Buscó el brillo labial y se puso un poco, destacando sus labios naturalmente sonrosados. Sonrió de nuevo y antes de levantarse de la silla frente a su escritorio volvió a pasarse el cepillo una última vez por su melena. Ahora sí estaba lista.

Al levantarse no pudo apartar los ojos de su imagen reflejada en el espejo redondo de mano. Se recordó a sí misma algunos años atrás, mirándose de aquella misma forma, soñadora y esperanzada, con el cabello largo bien cepillado, antes de ir a hacer algún encargo de Kasumi a la clínica del doctor Tofú.

Las cosas habían cambiado mucho. Se preguntó por un momento qué hubiera sucedido si todo fuera distinto.

—Oye, Akane, ¿estás lista? —preguntó Ranma abriendo la puerta y entrando a su habitación.

—¿Acaso no sabes tocar? —se quejó ella.

—¿Vienes o no? —preguntó él desviando la mirada, nervioso, sin responderle nada.

—Sí —Akane sonrió y bajó la mirada. Ella también estaba nerviosa, después de todo tenían algo así como una cita... o no realmente, casi una cita. Algo parecido—. Estoy lista.