El año de la felicidad parte 2 (capítulos 201 en adelante)

Tan solo por amor

Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Tan solo por amor

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Ranma se acomodó mejor la bufanda alrededor del cuello y se frotó las manos, acercándolas después a su boca para darles un poco del aliento cálido de su boca para hacerlas entrar en calor. Se movió un poco, trotando en su lugar en la fila, moviendo después los brazos y al final frotándoselos; flexionó las piernas acuclillándose varias veces y se volvió a erguir. La fila era larga e interminable, la noche había caído hacía horas y todavía faltaban unas cuantas más para que la fila comenzara a moverse. ¿En qué momento se le había ocurrido que aquello iba a ser fácil?

—¿Un poco de café? —preguntó el muchacho que estaba detrás de él, ofreciéndole un vaso descartable con un aromático brebaje negro que despedía vapor.

—Sí, gracias —respondió Ranma aceptando el ofrecimiento y rodeando el vaso con las manos para calentarse.

—Es increíble lo larga que es la fila, ¿verdad? —comentó el chico sirviéndose otro poco de café para él del termo que tenía en una mano—. Nunca lo hubiera imaginado, yo ni siquiera conocía a esa cantante hasta que mi novia me la nombró. Ah... soy Hideki, por cierto.

—Yo Ranma.

—¿Hace mucho que eres fan de Saori Kishaba? —preguntó Hideki.

Ranma casi se atraganta con el café.

—¡Yo no soy fan de esa mujer! —exclamó y algunas personas que estaban delante en la fila se dieron la vuelta para mirarlo.

—Ya entiendo, lo haces por tu novia —comentó Hideki conocedor.

—Yo... yo no... —balbuceó Ranma.

—Yo también. Mi novia y sus amigas vendrán en la mañana a reemplazarme y ser de las primeras en comprar el nuevo disco —comentó el otro chico dando un sorbo a su vaso—. Ah, las cosas que uno hace por amor —dijo después alzando la cabeza para mirar el cielo estrellado.

Ranma, pensativo, también subió la mirada para contemplar el cielo nocturno de invierno.

—Aunque Saori tampoco está nada mal, ¿eh? —Hideki le dio un codazo—. Espero que mi novia no me escuche, pero Saori tiene unas piernas que... ah, son un ensueño.

Ranma se encogió de hombros.

—¿Ya habías venido a alguna otra pre-venta especial? —preguntó Ranma—. ¿Cuánto suele tardar esto?