El año de la felicidad parte 2 (capítulos 201 en adelante)

Una pura y honesta Navidad (final)

Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

Las canciones de DoCo pertenecen a Pony Canyon.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Una pura y honesta Navidad

(final)

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—¿Qué... qué haces aquí? —balbuceó Ranma.

Akane tenía puesto solamente el corto vestido que le había visto esa tarde, su cabello estaba desarreglado y sus mejillas coloreadas. Ella se pasó una mano por el pelo para arreglarlo un poco antes de responder. Sonrió.

—Soy Akane Tendo...

—Sé quién eres —la interrumpió Ranma con brusquedad. Ella desvaneció la sonrisa—. Deberías haberte ido hace rato.

Estaba asustado, intimidado por la presencia de esa mujer, tan inesperada que lo había turbado. No estaba preparado para conocerla así, había ensayado un discurso mentalmente toda la tarde, pero no había esperado encontrarse con ella de ese modo, completamente a solas en un ascensor.

—Al parecer, mi equipo pensaba distinto a ti —dijo Akane, cambiando su tono amable al recibir la fría respuesta del muchacho. Solo se mostró educada, pero distante—. Me han tenido sonriendo, firmando y saludando por horas, y ahora querían que cenara con los dueños de la tienda y arreglar una presentación privada para la hija del gerente que hoy cumple doce años.

—Ah... comprendo...

Pero Ranma no entendía. ¿Qué hacía entonces la idol Akane en un ascensor de servicio si tenía la agenda tan colmada?

—Así que me escapé —sentenció Akane, como si hubiera podido leer la mente del muchacho.

—¡¿Escapaste?!

Ranma estaba estupefacto. Akane hablaba con normalidad, sin darse cuenta de la maravilla que representaba, su piel era más blanca y parecía incluso más suave de lo que podía parecer en cualquier video que pasaran por televisión; estaba muy delgada, aunque sus mejillas estaban llenas, casi como las de una niña. Su rostro resultaba perfecto desde cualquier ángulo. Era hermosa, y Ranma no se cansaba de mirarla.

—Tengo mejores planes que pasarme el 24 de diciembre cantando para una niña mimada –sentenció Akane cruzándose de brazos.

El mundo de Ranma se rompió en pedazos.

—¿Co-con un... novio? —inquirió.

Ella pareció perder la confianza por primera vez, dudó, sonrojada, y miró hacia otro lado.