Adiós

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Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Adiós

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El dojo de los Tendo se había transformado. En la parte delantera, justo sobre la duela de entrenamiento, se había improvisado un altar lleno de arreglos florales que había puesto la familia y algunos enviados por amigos. Frente a las flores estaba dispuesto el incienso que sería quemado más tarde en recordatorio del difunto. Y en medio de las flores, en un pequeño espacio despejado, estaba enmarcada la fotografía del difunto, en ella Ranma Saotome estaba sonriendo y haciendo la V con los dedos mientras el sol brillaba detrás de él con inmenso fulgor.

En un ataúd abierto estaba el cuerpo, vestido, a pedido de Akane, con sus ropas chinas de siempre y una camisa china nueva, también roja, pero con el diseño de un dragón enroscándose por su brazo izquierdo. El rostro se veía sereno y pálido, los ojos cerrados, el cabello aún se alborotaba sobre la frente, y la trenza, cuidadosamente peinada, descansaba sobre su hombro derecho. Parecía que Ranma estuviera simplemente dormido, pero lamentablemente no era así.

De pie ante él, completamente vestida de negro, con el rostro inclinado y el flequillo ensombreciendo sus ojos rojos por el llanto, estaba Akane Tendo; firme e inquebrantable, una mujer admirable que había soportado todo aquel dolor sin despegarse ni un solo momento del lado de su prometido. Sus manos, unidas sobre su pecho, se crisparon un momento, tomando con fuerza la tela de su vestido mientras el terrible dolor de la pérdida la sacudía.

Todo había sucedido demasiado rápido. Ninguno quería creer que era cierto. Shampoo había vociferado y se había puesto a sacudir el cuerpo inerte, entre lágrimas y gritos en su propio idioma. Mousse y Genma Saotome tuvieron que arrancarla a la fuerza del cadáver de Ranma, mientras Akane, encogida en un rincón, permanecía con la cabeza gacha, porque entendía lo que Shampoo sufría pues ella había sufrido mucho más. Al final, Shampoo comprendió que no se podía hacer nada y cayó de rodillas, llorando inconsolable, hasta que su bisabuela se acercó y la convenció de levantarse y ser fuerte. Ahora, varias horas después, más repuesta, con el semblante serio y los ojos rojos, estaba también en el dojo, rindiendo homenaje al gran artista marcial, vistiendo su traje de guerrera china, como se acostumbraba en su aldea durante aquellas reuniones, aquel traje con el que había llegado a Japón únicamente por Ranma Saotome, y con el que ahora lo despedía.

Ukyo fue la más comprensiva. Desde hacía unos meses sabía que aquella extraña pelea entre Ranma y todas sus prometidas terminaría por explotar, y tarde o temprano el muchacho elegiría a una, o todo acabaría para mal, como había ocurrido. La pena que atenazaba a Ukyo era no solamente haber perdido a Ranma, sino también haber perdido la oportunidad de volver a cultivar su amistad únicamente por intentar conseguir que fuera su esposo. Con el corazón pesado y dolido, había ido a presentar sus respetos a la familia, a la inconsolable Nodoka y al serio Genma, que mantenía la mandíbula apretada sin sostenerle la mirada a nadie por demasiado tiempo. En contraposición, el que sí lloraba era Soun Tendo, que había perdido no solo un yerno sino además un futuro brillante para él y sus hijas.

El año de la felicidad parte 2 (capítulos 201 en adelante)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora