El año de la felicidad parte 2 (capítulos 201 en adelante)

Yojimbo (parte 42)

Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Yojimbo

(parte 42)

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Unos minutos antes

Soun Tendo detuvo el automóvil frente a la mansión de la familia Kuno. La calle estaba silenciosa y solitaria en aquella zona del distrito de Nerima, lugar donde únicamente residían familias ricas y acomodadas en enormes mansiones pomposas de estilo occidental recargado.

Un alto muro rodeaba la propiedad y desde afuera solo se alcanzaban a ver las copas de los árboles del enorme jardín y el techo de la mansión, con una cúpula destacando en el centro.

—Mi pobre niña —volvió a moquear Soun mientras todos observaban el lugar por las ventanillas del automóvil.

—Tenemos que apresurarnos —dijo Ranma, moviéndose de inmediato.

—Espera —Mousse lo detuvo tomándolo del brazo—. Sé que quieres rescatar a Akane ahora mismo, todos queremos salvar a la señorita; pero necesitamos un plan, así todo irá mejor. ¿Tienes uno?

Ranma lo miró un momento a los ojos.

—Mi plan es entrar y patear traseros —respondió.

Mousse lo miró con una gota resbalando por su sien.

—Debemos ser sigilosos —dijo Mousse mirando a todos—, si hay guardias debemos reducirlos con el menor ruido posible, e intentar entrar por donde no nos vean, quizá una ventana lateral, o por la puerta de atrás que debe dar a la cocina. Una vez dentro de la casa intentaremos localizar a la señorita Akane y nos la llevaremos.

—Me parece bien —comentó Genma.

—Siempre con sigilo —avisó Mousse.

—Entendido —asintió Ukyo tomando su espátula con las dos manos.

—¡Aprisa! No podemos quedarnos en el coche mientras mi niña está en apuros —sentenció Soun.

Todos se bajaron. Sigilosos y agazapados se acercaron hasta al muro de la mansión. Se miraron unos a otros, asintieron y comenzaron a saltar uno a uno para entrar a la propiedad. Ukyo llegaba más atrás, ya que tuvo que correr a traer a Ryoga, tirándolo de la ropa, porque se había ido a la casa de al lado.