Yatagarasu (parte 9)

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Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Yatagarasu

(parte 9)

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Los campos de arroz que alguna vez habían sido hermosos, con las lagunas artificiales reflejando las nubes, ahora estaban secos. Las aldeas del camino, antes llenas de vida y gente, agonizaban. Desde las ventanas se asomaban rostros demacrados con ojos llenos de miedo, y en las calles de tierra, los niños mendigaban, o hacían lo que fuera por apenas una hogaza de pan rancio. Los animales muertos se descomponían al sol en las praderas y los pocos que sobrevivían eran solo piel cubriendo los huesos.

Un grupo pequeño de monjes avanzaba por el sendero. Iban cubiertos con capas de piel y uno de ellos con una capa de plumas negras. Usaban amplios kasa que les cubrían los rostros y marcaban el paso con largos bastones.

Akane usó un extremo de su capa para taparse la nariz y la boca ante el nauseabundo aroma de la sangre y la muerte, que llenaban cada esquina de la última aldea que estaban cruzando. Ranma levantó apenas un poco el borde de su kasa para mirar a la miko.

—¿Estás bien, Akane? —preguntó.

—El hedor... —Akane apretó los ojos—. Puedo sentir el miasma brotando de los corazones humanos. Odio, miedo, rencor, angustia... es espantoso. ¿Qué le hicieron a estas tierras?... ¡Oh, Ranma!, tenía tantos deseos de volver a ver las colinas cubiertas de cerezos, los niños corriendo, quería escuchar el canto de los ríos entre las montañas y las miles de aves cantando en los bosques. Todo era tan diferente antes. Aunque la había visto en mis vuelos, este lugar nunca había estado todo tan mal, es como si la tierra se estuviera marchitando —terminó con una mirada triste.

Tras ellos, Ryu Kumon sostenía su kasa con una mano, no sabía hacia dónde mirar para no ver más miseria.

—He estado en tierras arrasadas, conquistadas o mal administradas por señores corruptos —dijo en una mezcla de sorpresa y asco—, y esto no se les parece en nada. ¡Jamás imaginé ver algo así!, es como si estuviéramos en el Yomi.

—O como si el Yomi estuviera entrando a la tierra de los mortales —acotó con astucia Taro, el sin nombre.

Ranma y Akane no respondieron, pero intercambiaron una mirada y luego voltearon a mirar con más detalle el paisaje desolador. Ellos dos conocían el Yomi y podían jurar que Taro tenía razón. Era como si toda la tierra de los mortales estuviera transformándose poco a poco en una nueva tierra de los muertos, y aunque todavía había gente viva en ese lugar, su aspecto era deprimente, estaban raquíticos, con los ojos perdidos y arrastrando los pies sin esperanzas, como si fueran almas pagando su condena eterna en el inframundo.

El año de la felicidad parte 2 (capítulos 201 en adelante)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora