El año de la felicidad parte 2 (capítulos 201 en adelante)

Rencor (parte 8)

Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Rencor

(parte 8)

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—Lo encontramos entre las pertenencias de Shampoo Tóupí-Xiè —explicó el inspector señalando la nota mientras observaba la reacción de Akane con atención—. Una nota amenazante, quien quiera que la haya asesinado actúa muy premeditadamente, se mueve paso a paso.

Akane pestañeó sin apartar los ojos de la nota, de la letra de Kasumi; sentía que una sombra negra la envolvía llenándola de miedo y frío.

Watanabe sacó del otro bolsillo su libreta y la consultó una vez más. Luego volvió a mirar a Akane.

—Entiendo que la señorita Ukyo Kuonji, muerta recientemente, era tu compañera de escuela —comentó.

Akane levanto al cabeza de golpe.

—¿Ukyo?... Pero ella...

Akane se detuvo, con los labios entreabiertos.

—¿Cuál es tu relación con Shampoo Tóupí-Xiè y Ukyo Kuonji? —indagó el inspector y esperó paciente la respuesta.

Akane volvió a parpadear.

—Ya debe saberlo si habló con la anciana Cologne —dijo Akane con cansancio—. Todas... estamos comprometidas con Ranma.

—¿Al mismo tiempo? —preguntó Watanabe—. ¿Cómo es posible?

Akane meneó la cabeza lentamente.

—Ranma es mi prometido —sentenció volviendo hacia él sus ojos canela, brillando en la semipenumbra de la habitación—, y el compromiso que hicieron nuestros padres antes de que nosotros naciéramos es el único válido.

—Entiendo —comentó el policía—. Pero las otras dos chicas también se pensaban comprometidas con Ranma Saotome. Curiosamente, ambas están muertas ahora. La anciana Cologne, como tú la llamas, nos habló sobre un reto, un acuerdo y una promesa que no fue cumplida.

—No comprendo —musitó Akane desviando la mirada.

—Según ella, alguien se está encargando de acabar con todas las prometidas de Ranma Saotome —dijo el policía con mucha calma—, eso podría indicar que muy pronto sería tu turno.

Akane movió la cabeza y observó de nuevo, con los ojos bien abiertos, la nota con la letra de Kasumi, justo antes de que el inspector Watanabe la tomara y se la guardara otra vez en el bolsillo de su gabardina negra.