El año de la felicidad parte 2 (capítulos 201 en adelante)

Rencor (parte 10)

Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Rencor

(parte 10)

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Akane se levantó despacio de su silla y se acercó a la ventana. La abrió y las miradas de Ranma y ella se encontraron. Se observaron unos instantes en silencio, los ojos azules de Ranma barrieron con cuidado todo el rostro de su prometida, deteniéndose en sus labios entreabiertos y en sus ojos cansados.

—¿Qué te preguntó ese policía? —murmuró Ranma.

Akane suspiró.

—Casi nada. Sospecho que volverá pronto a interrogarnos de nuevo.

Él asintió. Se movió con cuidado para dejarse caer dentro del cuarto. Akane se alejó algunos pasos de él.

—¿Has pensado una respuesta? —interrogó Ranma.

—¿Respuesta?

—A lo que... te dije anoche —respondió él, trabándose un poco con las palabras.

Akane bajó los ojos sintiendo el sonrojo recorrer su rostro. Se sentó en la cama.

—Ranma... anoche —comenzó ella, pero se detuvo, alzando los ojos para mirarlo. La expresión de él no revelaba nada, tampoco turbación o vergüenza.

—¿Sí?

—Le dijiste... le dijiste al policía que estuviste conmigo, cuidándome.

Ranma despegó los labios, pero se quedó callado. Akane esperó, pero como él no habló, ella continuó.

—Y no es verdad.

El pesado silencio se extendió entre ellos, como si fuera un muro que los separaba, seguían sosteniéndose la mirada. Akane estaba exhausta, cansada de fingir y aguantar; de callar.

—Técnicamente sí lo es —dijo Ranma al fin—. Estuve en el techo encima de tu ventana, sin poder dormir, pensando... Hasta que entré a hablarte.

—Pensando —repitió Akane en un murmullo.

Su prometido la había despertado con golpecitos en el vidrio cuando eran casi las cuatro de la mañana. Su rostro estaba cansado, con las ojeras profundamente marcadas, como si las tribulaciones más grandes hubieran estado acosándolo durante toda la noche. Y cuando le habló le dijo:

—Está hecho.

El corazón de Akane dio un vuelco en ese momento, presagiando el temor que podría sentir al escucharlo, como si un mal presentimiento se adueñara de ella.