El año de la felicidad parte 2 (capítulos 201 en adelante)

Amor carnal

Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

.

.

.

Fantasy Fiction Estudios presenta

.

.

.

El año de la felicidad

.

.

.

..

...

....

Amor carnal

....

...

..

Esa cosa que está ahí en la cama no eres tú. Ya no más.

¿De qué le sirve a un hombre tenerte si has perdido tu alma?

¿Qué me queda más que lamer el sudor ya frío de tu piel? ¿Qué me queda si no saborear tus manos lánguidas, cada uno de tus dedos delgados y pequeños, morder las puntas, escuchar el lindo cric cric que hacen tus uñas entre mis dientes?

Extraño tanto tu tierna voz suplicando que me detenga.

Aún así, el deseo de apoderarme de tu esencia sigue pulsando dentro de mí. Me acerco a tus muslos y los acaricio una vez más. De arriba abajo, metiendo mi mano debajo de los pliegues que forma tu falda, deslizándola entre las arrugas del forro interior que tiene la delgada prenda para proteger tu pureza de otros ojos que no sean los míos.

No.

Debo controlar la urgencia.

El deseo sin dominio es solo deseo, instinto; no me hace diferente a los otros que quieren tenerte.

Debo ser delicado. Debo ser sensible. Tus miradas a escondidas me suplicaban que lo fuera. Me dijiste muchas veces que yo era un bruto...

Siempre tuviste la razón.

Comienzo con tus pies, los acaricio con mis labios. No dejo nada, nada, todo me pertenece, todo lo que queda de ti es mío. Así sigo por tus bonitas pantorrillas, tan lindas como tus muslos que sabía te enorgullecías en lucirme. Eras muy linda. Eres muy linda ahora. Pero era más lindo cuando sonreías.

Mi desesperación va en aumento.

Cuando más te tengo más te necesito.

La pulsión al interior de mi cuerpo se hace insufrible. Y ese sufrimiento me hace sentir todavía vivo.

Jamás me lo hubieras permitido, ni yo me hubiera atrevido... Beber del todavía cálido sabor de tu vida que brota de tu interior, de la intimidad que se esconde en tu interior. Lo hago con mucha delicadeza, quiero que tu sabor en mi boca se quede aunque desaparezcan todos mis otros sentidos.