El año de la felicidad parte 2 (capítulos 201 en adelante)

La melodía de Dios

Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

.

.

.

Fantasy Fiction Estudios presenta

.

.

.

El año de la felicidad

.

.

.

..

...

....

La melodía de Dios

....

...

..

Kimiko giró en la cama y acercó un poco más su cuerpo desnudo al de su esposo. Le acomodó un mechón sobre la frente y le sonrió. Los grandes ojos café brillaron y Soun Tendo supo que una idea estaba germinando en su hermosa cabecita.

—Si tenemos hijas ya sé cómo quiero que se llamen —dijo entusiasmada.

—¿Sí?

—Claro, ya lo estuve pensando —empezó a jugar enroscando el mechón de su esposo en el dedo índice y soltándolo alternativamente—. La mayor será Kasumi, luego Nabiki, y la más pequeña Akane.

Soun enarcó las cejas.

—¿Tres? —musitó—. ¿Cómo sabes que tendremos tres?

—No lo sé realmente —respondió su mujer encogiendo un poco los hombros—, pero yo quiero tres así que me esforzaré en eso.

Su esposo soltó una risa alegre.

—Pero, ¿y si son varones? —indagó.

Kimiko frunció el ceño.

—Supongo que lo pensaré en su momento —respondió—. Algo que suene bien con el apellido Tendo, creo. No me molestes, los nombres que elegí son perfectos.

—Sí, son perfectos —accedió Soun acariciando su rostro embelesado. Luego bajó la mano por el cuello, el hombro y más allá del brazo, perdiéndose en la curva de su cintura, sintiendo su piel suave y joven.

—Prométeme que esos serán los nombres —pidió ella—. Promételo.

—No hay necesidad de prometer.

—Pero hazlo —lo miró con sus grandes ojos brillando alegres—. ¿Verdad que son nombres preciosos?

—Los más lindos que he oído —replicó su esposo besándola dulcemente y envolviéndola en un abrazo.

Aquella escena soñó, o recordó medio dormido, el viejo Soun Tendo la mañana de noviembre en que se recordaba un nuevo aniversario del fallecimiento de su hija Akane. La más pequeña de sus hijas, la más parecida a su madre, tanto que hasta su enfermedad heredó y dejó demasiado pronto este mundo. Por fortuna, aunque breve, su matrimonio fue feliz, y había tenido una hija que pasaba a engrosar la cuenta de sus nietos, donde Kasumi llevaba la delantera, para regocijo de todos.