El año de la felicidad parte 2 (capítulos 201 en adelante)

Yojimbo (parte 30)

Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Yojimbo

(parte 30)

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—Para eso deberás ayudarme, Mousse —dijo Nabiki observando a su guardaespaldas.

El muchacho se sorprendió con sus palabras, pero asintió, dando a entender que estaba a las órdenes para lo que ella pudiera necesitar.

—Voy a servir té para todos —anunció Ukyo trayendo una bandeja con tazas y platillos a la mesa del comedor. Los demás aceptaron gustosos y comenzaron a sentarse alrededor de la mesa mientras comentaban lo que había ocurrido.

Nabiki aprovechó ese momento para apartarse un poco y poder hablar tranquila con Mousse.

—¿Qué ocurre, señorita? ¿Cómo puedo ayudarla con el asunto de Rouge? —indagó Mousse intrigado.

—Seguramente entre esas técnicas de tu aldea, Jo...Joki-lo-que-sea, hay una que pueda servir, ¿verdad? —dijo Nabiki alzando el mentón—. ¿Alguna que pueda hacer dormir por dos días a Rouge? ¿Teletransportarla a China? ¿Hacerla creer que es un panda? Algo, Mousse, cualquier cosa que nos ayude en este momento.

—Es Joketsuzoku, señorita Nabiki —aclaró Mousse—, y no creo que... bueno —Mousse se quedó pensativo, con la mirada perdida más allá del hombro de Nabiki—, quizá... aunque...

—¿Qué es? Lo que sea lo pondremos en práctica, Mousse. Es eso o asesinarla, y no creo que estés preparado para cumplir esa orden —inquirió Nabiki alzando una ceja.

—Se trata de una técnica que puede borrar la memoria —respondió Mousse, volviendo sus ojos azules hacia Nabiki—, no por completo, claro está, pero sí sobre algo en específico, algún hecho o alguna persona. Solo tendría que borrarle la memoria sobre la señorita Kasumi y lo que debía hacer.

—Y en lo posible hacer que no vuelva a cruzarse con Kodachi —agregó Nabiki—, al menos hasta que la hayamos hundido en el lodo.

—De eso tendrá que encargarse usted —replicó Mousse—, seguro se le ocurrirá algo.

Nabiki le sostuvo la mirada un momento.

—Quizá... pero no puedo hacerlo hasta mañana por la mañana —dijo.

—También yo —dijo Mousse—, para hacer el xi fa xiang gao necesito un producto especial, y no lo tengo conmigo. Debo ir a comprarlo al barrio chino.