El año de la felicidad parte 2 (capítulos 201 en adelante)

Yojimbo (parte 24)

Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Yojimbo

(parte 24)

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—¿Entiendes, papaíto? —preguntó Kodachi Kuno después de contar toda la historia de su terrible desgracia y su tristeza—. ¿Cómo es posible que me traten de esa manera? Ya no se pude confiar en nadie. Ninguno hace bien su trabajo —gimoteó ella.

—Ah, La agencia ya no es lo que era en mis épocas, my little girl —replicó Kamiwakiru Kuno, y con una mirada de nostalgia se puso a recordar—. En aquel tiempo sí hacíamos nuestro trabajo, éramos silenciosos, audaces, entregados. Asesinábamos dos por uno si era necesario, actuábamos durante reuniones familiares, velorios o bodas; nada era imposible para nosotros.

—¡Ay, papaíto! Cómo me hubiera gustado estar en esa época —suspiró Kodachi.

—Mi Kody, sweetheart —su padre le tomó las manos por encima de la mesa—, me equivoqué tanto al no pasarte mi negocio a ti; pero era La agencia o la compañía y preferí... My God!, qué equivocado estaba —lloriqueó.

—Bueno, aún estamos a tiempo... ¿o no? —preguntó ilusionada Kodachi.

—¿Serías capaz, my little girl? Sé que Tatewaki te ayuda con la compañía y...

Kodachi soltó una risa de las suyas, haciendo que la clientela de la cafetería los mirara de nuevo.

—Ah, papaíto, todavía conservas un poco de tu ingenuidad —dijo Kodachi encantada—, seguro que Tatewaki sacó eso de ti. Mi encantador hermano mayor solo es un adorno en la empresa. Claro que lo dejo participar de los negocios y las reuniones, pero él se encarga solo de... lo superficial, ¿comprendes, papaíto? —los ojos de Kodachi Kuno brillaron.

Su padre la observó atentamente, sonriendo y asintiendo con la cabeza al mismo tiempo.

—Claro, claro, ya entiendo... ¿En todo este tiempo él no...? —preguntó Kamiwakiru.

Kodachi hizo un gesto compungido.

—Ya sabes cómo se puso cuando te fuiste de la empresa y se supo lo de tu otro trabajo —comentó con tristeza—. Tatewaki siempre fue honorable, a su modo, y tiene altos estándares; se ha leído mil veces El camino del guerrero del bushido.