Tibieza

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Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Tibieza

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La lluvia comenzó de repente y Ranma no había alcanzado a llegar a casa. Se empapó por completo, se transformó en chica, su humor se volvió negro y depresivo, y lo peor de todo fue que la fuerte tormenta casi había amainado por completo cuando llegó al dojo Tendo. Parecía que el mundo estaba contra él.

Con la lluvia había comenzado a soplar una brisa fresca que lo hizo estremecer y casi tiritar. ¡Maldición con aquel terrible día! No era solo aquella maldición, a la que prácticamente estaba acostumbrado ya, lo que lo ponía de tan mal humor, era el que casi cumplía dieciocho años y terminaba la escuela, sus padres lo presionaban con el tema del compromiso y la fecha de la boda, y con lo de heredar el dojo. Por si no fuera suficiente, era la temporada de lluvias ¡y él era una chica la mayor parte del tiempo!

Ranma refunfuñó al entrar en la casa, tiró en la entrada los zapatos que llevaba en la mano porque le quedaban demasiado grandes para poder usarlos en aquellos pies femeninos, se quitó la camisa china roja empapada y se quedó usando solo la camiseta que tenía debajo. Arrastró los pies subiendo la escalera para ir a darse un baño caliente, que lo devolviera a como era normalmente.

En la cocina Kasumi se movía con tranquilidad preparando el almuerzo entre los vapores de las ollas. El resto de la casa estaba casi en completo silencio. Ranma se deslizó por el piso de arriba, andando cansinamente.

La puerta de la habitación de Akane estaba abierta y se asomó a mirar. El escritorio estaba repleto de libros y cuadernos abiertos, con varias hojas y lápices desparramados. Era época de exámenes y Akane se pasaba gran parte del día metida en esa habitación, sepultada entre libros para poder graduarse con las mejores notas. A él no le importaban esas cosas, y le daba igual pues lo que haría después de terminar la escuela era hacerse cargo del dojo, ¿verdad? ¿Para qué era necesario estudiar tanta matemática o historia?, ¿de qué le serviría?

Akane no estaba sentada ante el escritorio, lo que le pareció raro, así que Ranma se inclinó un poco más para mirar dónde estaría su prometida, dio un paso dentro de la habitación y la descubrió sobre la cama, dormida de costado, aún con las piernas colgadas hacia afuera, como si se hubiera recostado solo un momento a descansar y la hubiera vencido el sueño. Entre los brazos apretaba un feo peluche con forma de delfín.

La pelirroja se la quedó mirando. Ese peluche se lo había regalado él durante el último matsuri... No, no, no, no había sido así exactamente. Mejor dicho, Akane lo había retado a que no podría conseguirlo en los juegos del festival y por supuesto que él no había tenido ni el más mínimo inconveniente en hacerse con el feo muñeco. Después se lo entregó a Akane porque ¿qué podía hacer él con un peluche?, esas eran cosas que les gustaban a las chicas y Akane era una chica, así que asunto arreglado.

Sin darse cuenta, Ranma había entrado por completo a la habitación y estaba a apenas un paso de distancia de la cama y del cuerpo dormido de Akane. La observó de nuevo, deteniéndose en su rostro apacible, sus labios sonrosados, sus largas pestañas, el feo delfín de peluche que apretaba contra su pecho.

Ranma ahogó de pronto una exclamación al darse cuenta de que se inclinaba hacia ella. ¿Qué hacía? ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué intentaba...? ¡Si Akane llegaba a despertar y lo encontraba así...! Además, él era una chica en ese momento, eso no estaba bien... ¿cierto?

Se asustó, de verdad. Se asustó de la reacción de Akane y de él mismo que tan naturalmente se había inclinado atraído por no sabía qué para rozar los labios de... su prometida.

¡Si ella despertaba...! Pero no despertaría, estaba demasiado cansada por estudiar tanto. Nadie los interrumpiría; Nabiki también estaba estudiando para sus exámenes de la universidad; Kasumi no los llamaría aún para el almuerzo; los demás no parecían estar en casa, todo estaba demasiado silencioso.

Ranma dio el paso que lo separaba de la cama. El cabello rojo húmedo se le pegaba a la frente. Las mejillas se le coloreaban de calor.

No. Akane no despertaría.

Ranma se inclinó con rapidez, dejando que sus labios se demoraran apenas unos segundos en los labios de Akane, llegando a sentir su textura agradable y la tibieza de su aliento. Ranma abrió sorprendido los ojos que ni siquiera se había dado cuenta que había cerrado y observó a Akane, que seguía durmiendo apaciblemente. Se demoró un momento más, pestañeando y observándola, antes de darse cuenta de que el frío que le provocó la lluvia se le había quitado por completo, y que su corazón se sentía ligero y... cálido.

Sonrió de pronto. Una chica pelirroja, con la ropa y el cabello húmedo, inclinada rozando los labios de otra que dormía pacíficamente sobre la cama.

Imaginarse aquella escena desde fuera le hizo gracia. Se pasó al lengua por los labios antes de atreverse con un segundo beso, aún más fugaz que el primero, que lo hizo sonrojar por completo, y abandonó el cuarto casi corriendo, imaginándose qué podría haber dicho Akane si lo encontraba así.

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Akane abrió los ojos despacio, dándose cuenta de que se había quedado dormida. Un aire fresco entraba por la ventana abierta de su habitación y por instinto apretó el peluche entre sus brazos para darse más calor. Se sentía muy bien, esa siesta que no estaba en sus planes le había sentado de maravilla. Sonrió.

Descubrió que la puerta de su habitación estaba cerrada y no recordaba haberla dejado así. Luego se encogió de hombros, quizá había sido Kasumi que, al verla dormir, no quiso que los ruidos la despertaran.

Akane volvió a apretar el peluche con forma de delfín contra su pecho. El que le había regalado... su prometido.

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FIN

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Nota de autora: Una historia sencilla y romanticona, inspirada por la tarde de lluvia que tenemos por estos lares. También, ¿se acuerdan de «la saga de los besos robados»?, no se trata de una historia tal cuál como esas, pero podría ser porque tiene una temática parecida.

Me gustó usar a Ranma chica y Akane porque ya saben que me gusta esa pareja y ayer una persona me comentaba en wattpad cuánto le gustaba mi fic Equal romance, que es un fic shoujo-ai, los invito a leerlo si les agrada esa temática. Hace años que Noham me pide una continuación de ese fic, además XD, quién sabe si acá en El año de la felicidad podré escribir algo.

Por otro lado, estoy viendo el anime de Rinne (y Rinne es tan bueno y lindo, y sufre tanto por ser pobre T_T) y de ahí saqué lo del delfín de peluche feo. Rinne lo gana para Sakura en una máquina de peluches.

Gracias a todos los que me leen siempre.

Nos vemos mañana.

Romina

El año de la felicidad parte 2 (capítulos 201 en adelante)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora