La culpa es de Ranma

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Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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La culpa es de Ranma

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En medio de la oscuridad del bosque, con la espalda pegada al tronco de un árbol, Ryoga Hibiki respiró acompasado y su aliento se condensó en largas volutas. Hacía frío pero no lo sentía, tenía el cuerpo bañado en sudor y el rifle preparado para disparar, sostenido con las dos manos de forma vertical, con la punta hacia el cielo, muy cerca de su cuerpo. Movió los ojos hacia un lado y hacia el otro, pero no se distinguía nada. Se pasó la lengua por los labios resecos. Sentía que el áspero uniforme militar y la mochila le pesaban más que nunca, y eso que él era muy fuerte y había soportado cosas peores que esas. El silencio aplastante lo agobiaba, estaba completamente perdido, no sabía qué había sido de sus compañeros, ya no sabía en qué dirección estaba el enemigo. No sabía absolutamente nada.

—Maldito Ranma —murmuró muy bajo con los dientes apretados.

Porque en su corazón y en su mente, Ranma Saotome era, y siempre sería, el culpable de todas sus desgracias. Por culpa de Ranma él había estado en Japón justo cuando se desató la guerra, si no fuera por querer llegar a un duelo que tenían previsto desde hacía mucho, seguramente él hubiera estado en otro continente. Para colmo, el idiota de Ranma, solo para refregarle por la cara sus agallas, no esperó que lo reclutaran sino que se alistó voluntario en las fuerzas. ¡Ese idiota! No importaba que Akane hubiera estado de acuerdo, o que a los que iban voluntarios les hacían servir solamente un año y luego podían volver a casa. No. Ranma Saotome lo había hecho solo para importunarlo a él.

Pues Ryoga Hibiki no era ningún idiota, ni un inútil cobarde, podría seguirle los pasos a Ranma muy fácilmente, incluso, y sobre todo, ser mejor que él. También se alistó, y pidió que lo mandaran a la zona de mayor peligro, porque él no era una nenita, como Ranma. Luego el idiota de aquel afeminado había tenido el descaro de burlarse de él, de decirle que no lo hiciera, que se perdería y sería peligroso; y para completar su humillación, se apareció en el pelotón donde lo habían asignado diciendo que sería su compañero de escuadra y que así al menos podría cuidarlo. ¡A él! ¡Él que se había pasado casi toda la adolescencia vagabundeando por bosques y luchando con jabalíes!

¡A él!

Ryoga apretó el fusil entre sus manos y el arma crujió, amenazando con romperse en cualquier instante. Respiró para tranquilizarse. Estúpido y maldito Ranma que se creía siempre el mejor, mucho mejor que él. No le había alcanzado con casarse con Akane mientras él apenas si lograba tener citas fugaces con Akari, porque se pasaba la mayor parte del año intentando saber en qué lugar de Japón estaba. Tampoco le había alcanzado con ganar torneos donde él ni siquiera se había podido anotar porque nunca llegaba a tiempo antes de que cerraran las inscripciones. No le bastaba con mostrarse y ser el centro de atención en su escuadrón (porque era suyo, él había pedido que lo enviaran allá) mientras que de él, Ryoga Hibiki, siempre se burlaban porque no podía encontrar dónde estaba el baño. No, no le bastaba con todas las humillaciones y sin sabores que le había hecho pasar desde el momento en que lo conoció, ahora también quería dejarlo como un soldado zopenco en esa guerra y llevarse todos los honores.

El año de la felicidad parte 2 (capítulos 201 en adelante)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora