Rencor (parte 6)

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Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Rencor

(parte 6)

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Nadie entendía esa noche en la casa Tendo porqué Ranma y Akane estaban tan callados. Sentados a la mesa para cenar uno al lado del otro, no se hablaban, pero tampoco hablaban con nadie más; masticaban despacio sin levantar la cabeza de sus tazones.

Nodoka, Soun y Genma intentaban mantener una conversación ligera, que sonaba muy tensa pues forzaban las palabras para que no se sintiera el aplastante silencio. Nabiki observaba con mucha calma a los prometidos, escudriñándolos en total detalle. Kasumi levantaba la vista de vez en cuando, preocupada por la extraña actitud de Ranma y su hermana.

Sin embargo, nadie podía hacer nada, el tiempo ya había pasado y lo que había sido hecho no podía deshacerse, ni tampoco las consecuencias que había acarreado.

Al terminar de cenar, Akane se fue en seguida a su cuarto. Ranma también se levantó, pero no siguió a su prometida escaleras arriba como había hecho cada noche desde que habían regresado del hospital, esa noche salió al jardín y se perdió en la oscuridad.

En la mesa, los demás ocupantes se miraron consternados. Nodoka sintió el dolor en su propio corazón.

—Hijo mío —murmuró.

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Akane se sentó en su cama mirando el piso y esperó. Escuchaba el tic-tac del reloj que estaba sobre su escritorio. Miró la hora y siguió esperando. ¿Vendría Ranma esa noche o estaría demasiado dolido por su mentira?

Akane miró por la ventana el cielo estrellado y volvió a suspirar.

Por fuera de su ventana, sentado sobre el techo, estaba Ranma. Pensativo miraba también el cielo.

Su vida era una auténtica locura. Lo que más le dolía de todo era que Akane había tenido que llegar tan lejos para resolver un problema que era solo suyo, y al que él debía ponerle fin.

Recordó los ojos venenosos de Shampoo, su mirada certera que se había clavado en su corazón, apuñalándolo.

Sí, él debía acabar con aquello. De una vez y para siempre.

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El Neko-hanten estaba cerrado y todas las luces estaban apagadas. Había un silencio de tumba en el local. El visitante saltó el muro y entró forzando la puerta de atrás con cuidado de no hacer ruido. Se deslizó silenciosamente por la oscuridad del local.

Shampoo estaba sentada a una de las mesas completamente quieta y con los ojos abiertos escudriñando la oscuridad. Cuando vio la silueta en la penumbra sus labios se entreabrieron y sonrió desafiante.

—Shampoo esperar porque saber que venir —dijo en un murmullo, solo para que él la oyera.

Él se quedó quieto durante un largo instante. Luego avanzó, más cerca de Shampoo, hasta que ella vio sus ojos.

Shampoo jadeó. Fue lo único que pudo hacer antes de que él la tomara por el cuello y apretara con fuerza.

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Akane abrió los ojos somnolienta al escuchar los suaves golpecitos en la ventana. Levantó la cabeza y se dio cuenta de que se había quedado dormida encima de la cama, sin taparse con la manta o ponerse el pijama. Afuera estaba oscuro, pero no demasiado, lentamente la madrugada iba cediendo el paso al amanecer.

Adolorida, Akane se levantó y abrió la ventana. El rostro ojeroso y cansado de su prometido se apareció delante de ella.

—Ranma...

—Akane... —murmuró él con voz cansada—. Está hecho.

Ella lo observó preocupada y temerosa.

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continuará

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Nota de autora: Muchas gracias a todos por leer. Les mando un fuerte abrazo.

Nos vemos mañana.

Romina


El año de la felicidad parte 2 (capítulos 201 en adelante)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora